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Una pista: cómo arriesgar más para tener menos miedo
Playground community
11 Marzo 2018 20:45
Cooper, se llama. Y esta fue su primera vez. La primera ocasión en la que, estando de paseo por el parque, a este precioso cachorro de mini pastor australiano se le ocurrió encaramarse a lo más alto de un tobogán. Y una vez ahí arriba, hay que bajar. O por la rampa, con la cabeza alta. O por las escaleras, con el rabo entre las piernas. Lanzarse o no lanzarse, esa era a cuestión. Y al final saltó. Solo que su salto fue con truco.
La escena comienza con el cachorro completamente desolado en lo alto del deslizadero. La dueña se encuentra grabándolo todo con su móvil desde abajo. Grabando también sus aullidos y sus lloros fruto de la impotencia, pues Cooper no sabe bajar.
A pesar de que su dueña le anima para que se deje deslizar por la pasarela. A pesar de estar a punto en más de una ocasión, Cooper no lo ve del todo claro y acaba siempre echándose para atrás y volviendo a empezar.
No es, hasta que su dueña decide alejarse de la desembocadura del tobogán, que Cooper se lanza. Y no hablamos de manera figurada. En vez de deslizarse, no se le ocurre otra cosa que saltar desde lo alto del tobogán directamente al suelo, con el consiguiente golpetazo. Este perro no se anda con tonterías.
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