Este crack no dudó en mostrar sus dotes como bailarín clásico ante el público con el único objetivo de hacer sentir mejor a su hija
Tienes dos años y medio, te plantan un tutú y te suben a un escenario a hacer una coreografía que, seguramente, no recuerdas. De repente, empiezas a llorar presa del pánico. Tu suerte, sin embargo, es un padre todo-terreno que sale a tu rescate y no duda en cogerte de la mano y seguir la coreografía para que tú te sientas acompañada.
Podría perfectamente ser un spin-off de Pequeña Miss Sunshine’pero es una escena real que ha tenido lugar recientemente en Estados Unidos. La protagonista, la pequeña Bella, subió al escenario de su función de ballet con lágrimas en los ojos y su padre, Marc Daniels, no fue capaz de verla sufrir de esa manera durante toda la actuación.
Con su otra hija pequeña en brazos, Suri, Marc no dudó en subirse al escenario y cogerle la mano a su primogénita para intentar calmarla y que se sintiera acompañada durante la actuación que, por supuesto, se vio obligado a seguir para no estropearla.
El vídeo, por supuesto, ya se ha hecho viral y los comentarios en el mismo no dejan de alabar la labor como padre de Marc que, además, sirve como muestra de que los hombres también pueden dominar las multitareas. En esta ocasión, haciendo de padres, bailarines cuidadores de un bebé.
Según ha explicado, él lo vio clarísimo: “Antes de salir Bella estaba muy sensible y necesitaba muchos abrazos de su papá, así que decidí quedarme cerca, esperando por si acaso”. Al parecer, él pudo sentir que, a pesar de sus lloros, la niña quería continuar encima del escenario y terminar su función, por lo que no dudó en aparecer en escena con su otra hija en brazos: “No quería fastidiarle su gran actuación ni hacer que fuera la única que saliera del escenario, por lo que entré aguantando a Suri y me quedé a su lado, ayudándole a sentirse más segura mientras le decía que la quería y que es una bailarina maravillosa”.
Al parecer, el padre habría preguntado desde bambalinas a su hija si quería “bailar con papá” y, al asentir esta, él habría optado por mostrar sus dotes de baile. Dotes de baile que, por cierto, ya había puesto en práctica en su propia casa: “Había practicado muchas veces en casa con ella así que todo era muy familiar para mí. A Bella le encanta bailar, está siempre haciéndolo en casa, pero ese día le faltaba esa energía, por lo que fue instintivo subir al escenario. Realmente no me di mucha cuenta de lo que estaba haciendo”, ha contado.
Además de convertirse en un auténtico fenómeno en la red (y haberse marcado un verdadero #daddygoals) Marc, de 39 años, ha descubierto un nuevo futuro como bailarín de escuela de baile infantil ocasional, ya que la Motion School of Dance ya le ha invitado a actuar de nuevo con las niñas en una nueva función: “Antes de tener a las niñas creo que no había probado ningún movimiento de ballet pero ahora todo el mundo en Bermuda me conoce por mis puntas y mi pasos, así que supongo que nunca es tarde para convertirse en una bailarina”, bromea.
Aunque su intención es “no desviar la atención de las niñas", verdaderas protagonistas de la función, Marc ha afirmado que está “mentalmente preparado” para volver a salir al escenario si Bella necesita de su inestimable ayuda.
