¿Un Tyrannosaurus rex hinchable para dirigir el tráfico? Sí, y tiene todo el sentido del mundo

Regular el tráfico urbano. Es éste un trabajo necesario pero que siempre será mal recibido por una parte de la población. Así que el sargento Tanit Bussabong, tailandés de la ciudad de Nakhon Navok, decidió combatir la aridez de sus labores y el resquemor de parte de sus ciudadanos echándole humor, actitud e intención didáctica.

Ya que muchos de los que necesitan su ayuda son niños de camino o de vuelta del colegio, niños que deben entender el peligro que representan los vehículos, que deben entender que su papel al regular el tráfico es por su bien y su seguridad, este buen sargento decidió —previo visto bueno de sus superiores, a los que seguramente sorprendió con sus propuestas— acudir a su puesto de trabajo disfrazado.

Bussabong pensó que combinar su uniforme policial con un disfraz atractivo para los más pequeños jugaría a su favor. Así que se enfundó en un disfraz de T. Rex, hinchable y de colores chillones.

El disfraz está dispuesto de tal manera que simula de manera grotescamente simpática que el agente va montado sobre el animal. Y de esta guisa se dedica a ordenar el tráfico como siempre, pero sabiendo que no podría pasar desapercibido y que, ahora incluso más, los más chiquitos le prestarán atención.

Tanto es así que cuando no acude con su disfraz de “feroz dinosaurio”, muchos niños añoran su vestimenta. Y le preguntan por ella. Y le piden que vuelva a ser dinosaurio. Y cuando vuelve, aparte de adoctrinarles acerca de seguridad vial, es carne de selfie. Pero esto es algo que el sargento, un enamorado de su trabajo, acepta feliz.

El T. Rex es el disfraz estrella del sargento Bussabong, pero no es el único. También se ha puesto en la plástica piel de Minnie Mouse o de una célebre mascota japonesa, Kumamon. Pero sea cual sea el disfraz, debajo está un eficiente servidor público, dotado de un envidiable y didáctico humor. Que cunda el ejemplo.

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