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La pelea de dos adultos casi acaba por error con una de sus crías por estrujamiento. Atentos al estado en el que encontraron a los tres animales
Playground community
05 Julio 2018 18:49
En ocasiones, las peleas entre adultos tienen como primeros o más graves damnificados, a los niños. Pero atención, ese error no acontece únicamente con los humanos. En los animales, en unos primos lejanos como los perezosos, también pasa.
Este vídeo grabado en los Jardines Botánicos Teresina, en Brasil, el pasado 28 de junio, así nos lo atestigua. Dos perezosos machos empezaron a pelearse. Sí, claro: por una hembra o por territorio. De alguna manera, en el combate entre ambos contendientes, entre ambos cuerpos, una cría de perezoso se vio atrapada en medio de la lucha. Literalmente en medio.
Los perezosos, como a veces es su táctica de combate entre machos, se fundieron en un nada amistoso abrazo; es un abrazo que busca dejar exhausto al contrincante, robarle el aire. De estos animales no podéis esperar combates veloces y relampagueantes a pesar de sus aparatosas y afiladas zarpas delanteras, adaptadas sobre todo a su habilidad para trepar a los árboles.
El pequeño de dos meses hubiera fallecido por asfixia si los humanos, esta vez actuando correctamente y bajo las directrices de la directora del Parque Jacqueline Lustosa, no les hubieran separado. Y no fue fácil.
Los animales estaban enroscados con tal fuerza el uno al otro que casi no se podía decir de cuál de los dos contendientes era cada miembro. Y la sorpresa mayor llegó al separar los dos cuerpos y descubrir en medio a la pequeña cría.
Al principio da la sensación de que el conjunto de esas tres vidas es solamente una bola de pelo inerte. Cuerpos ya secos, vaciados de sus savias vitales, desprovistos de su pneuma. Los rescatadores levantan ese amasijo del suelo y nada en él se mueve. Van estirando de los miembros con fuerza, despegándolos como si fueran grandes tiras de velcro unidas a conciencia. Solo cuando los desunen los animales empiezan a "despertar" de ese terrible abrazo. También la cría. Final feliz.
El siguiente paso ha sido separar de forma permanente a los dos fieros enemigos, poner bastante espacio de por medio. Para que dejen de percibirse mutuamente como una amenaza. Y la cría, testigo inocente, fue devuelta a las cercanías de su madre, para que esta pudiera encontrarla de manera natural, sin percibir la interferencia humana.
Shutterstock
Los perezosos, lejos de ser como los pinta la imaginación popular, o sea, vagos y tontos, son animales muy inteligentes que dosifican su energía y se alejan de otros seres para mantener una existencia tranquila y pacífica. Son también excelentes nadadores, dando grandes brazadas para avanzar rápido en el agua. Pero en tierra, sólo es más lento que ellos su proceso digestivo, que puede durar más de un mes por culpa de las hojas y brotes que comen, extremadamente duros y difíciles de digerir.
Los perezosos pueden llegar a vivir 20 años, de los cuales pasaran la mayor parte comiendo, copulando y durmiendo, en la altura de los árboles. Abajo son presa fácil para sus depredadores. Ellos sí deben mantenerse en las alturas, si quieren sobrevivir. Incluso guardan buenas maneras consigo mismos, ya que hacen sus necesidades una vez por semana, bajando de su árbol y cubriéndolas después para no soportar sus propios olores. Seguro que todos conocemos a humanos más descuidados.
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