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Artículo Por fin lo sabemos: la aurora boreal Steve no es una aurora, sino un fenómeno óptico completamente desconocido Content

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Por fin lo sabemos: la aurora boreal Steve no es una aurora, sino un fenómeno óptico completamente desconocido

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Un fenómeno celeste completamente nuevo para el que aún no existe una explicación clara

Playground community

13 Septiembre 2018 20:20

Pese a los esfuerzos clarificadores de la ciencia, empeñada en explicarlo todo y poner nombre a cada cosa, no podemos evitar que nos siga invadiendo cierta poesía ante ciertos fenómenos de belleza espectacular. Las auroras boreales tienen un aura mágica, por mucho que nos expliquen que se producen por la lluvia de partículas que se filtran a la atmósfera. Nuestros ojos seguirán maravillados ante las ondas de color que refulgen contra el universo estrellado, como niños ante un árbol navideño. Si somos listos, el conocimiento y las explicaciones no le restarán magia, sino que aportarán otro nivel de placer a la experiencia.

Es lo que ha sucedido con el fenómeno denominado Steve (del inglés Strong Emission Velocity Enhancement). Muy similar a la aurora, pero conformado de serpentinas blancas y púrpura. Sucede también en las mismas latitudes, pero ahora se sabe que no es una aurora boreal. ¿Por qué se sabe?

Bueno, los investigadores han podido demostrar que no existía precipitación en cascada de partículas en los polos magnéticos de la Tierra, que es lo que causa las conocidas cortinas de luz verde brillante boreales. Esto llevó a un enorme desconcierto y especulaciones sobre sus causas y al reconocimiento de la comunidad científica de que el origen y la naturaleza de las brillantes auroras de Steve debía clasificarse como “desconocido”.

Se trata, pues, de un fenómeno celeste completamente nuevo.

En palabras de Bea Gallardo-Lacourt de la Universidad de Calgary: “La principal conclusión es que STEVE no es una aurora. Nos centramos en la lluvia de partículas cargadas en la ionosfera para ver si tal lluvia estaba ocurriendo y no detectamos tales partículas”.

Vídeo relacionado:

En este estado de cosas, parece que hay cierto consenso en que Steve, a falta de partículas magnéticas y vientos solares, es más bien un fenómeno óptico. Algunos investigadores ya le han cambiado el nombre y empiezan a denominarlo simplemente “Skyglow”, o sea, un brillo en el cielo. Pero para la ciencia, esto no puede quedar así y las investigaciones continúan, ahora tratando de determinar si las secuencias de electrones e iones en la ionosfera pueden tener relación con estas misteriosas luces, y a qué altura de la atmósfera se producen.

Como decíamos al principio, la búsqueda de la verdad es buena y es una de las mejores características humanas, como lo es la apreciación de las bellezas naturales con o sin explicación que hacen nuestra vida mejor y mucho, mucho más interesante.

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