Otra escena de tumulto y pánico en el avión. Pero no por culpa del aparato, sino por uno de sus pasajeros. Testigos del incidente cuentan cómo las tensiones comenzaron a aumentar cuando el vuelo, que cubría la línea de París a Palma de Mallorca, se retrasó dos horas debido a la huelga de controladores aéreos en el aeropuerto Charles de Gaulle.
"Algunas personas habían bebido alcohol en la terminal mientras esperaban nuestro vuelo", cuenta un testigo a un medio francés. Alguno incluso siguió bebiendo dentro del aparato. Y no precisamente gratis: a los pocos minutos de embarcar, y mientras el avión esperaba la autorización de control para dirigirse hacia la pista de despegue, la tripulación pidió a cuatro pasajeros que abandonaran el avión por actuar de forma inapropiada.
Mientras los policías escoltaban a ese grupo fuera del aparato, un quinto hombre, al que se puede ver en el vídeo, se levantó para golpear al auxiliar de vuelo.
En el vídeo se oye a los pasajeros gritando cuando la policía, que ya se encontraba en el avión, tira al hombre al suelo. Se ve cómo él lucha con los oficiales y el auxiliar se frota la cara tras el golpe recibido.
Finalmente el hombre fue detenido y el avión pudo despegar... a la mañana siguiente, con un total de 13 horas de retraso.
easyJet, la compañía que operaba el vuelo, emitió un comunicado en el que se dice lo que cabría esperar, sin apartarse un ápice de la habitual diplomacia corporativa:
“No toleraremos comportamientos amenazantes o violentos contra nuestra tripulación y promoveremos su denuncia.
Estamos haciendo todo lo posible para apoyar a los miembros de la tripulación que fueron objeto de este comportamiento inaceptable. La seguridad y el bienestar de nuestros pasajeros y tripulación es la máxima prioridad de easyJet”.
Esta noticia es sólo una más de la larga sucesión de incidentes con pasajeros borrachos que hemos visto últimamente. La semana pasada, por ejemplo, también una azafata de esta compañía aérea denunció a un turista alemán por tocarle el culo durante un vuelo procedente de Berlín y con destino en Palma.
La empleada, cansada de la actitud del alemán y la de sus compañeros de viaje, avisó a su sobrecargo, que pidió explicaciones al pasajero. Éste se excusó diciendo que formaba parte de una broma, pero la trabajadora no aceptó las explicaciones y finalmente lo denunció.
El año pasado, la compañía irlandesa Ryanair tuvo que lanzar una campaña específica contra el consumo excesivo de alcohol a bordo de sus aviones. Según los datos aportados por la Autoridad de la Aviación Civil, los incidentes de pasajeros violentos en el Reino Unido entre 2012 y 2016 ha aumentado un 600%, la mayor parte en relación con el consumo de bebidas alcohólicas.
Pasajero borracho en el avión
En este sentido, Kenny Jacobs, director ejecutivo de Ryanair, ha declarado que “es injusto que los aeropuertos se beneficien de la venta ilimitada de alcohol a los pasajeros y que le toque a las aerolíneas tener que sufrir las consecuencias de seguridad”. No le falta razón.
Los tripulantes de cabina tienen que enfrentarse más a menudo de lo que desearían a pasajeros en claro estado de embriaguez. Y hay que resaltar que la embriaguez no es solo algo que pueda afectar a la tranquilidad del vuelo, sino que implica un claro riesgo de seguridad, tanto para el pasajero borracho como para el resto del pasaje.
Esperemos que las autoridades tomen medidas para evitar estos desagradables, y peligrosos, incidentes.
