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El animal sobrevive junto a 46 pingüinos en un acuario clausurado en Japón gracias al alimento que les proporcionan voluntarios y ex trabajadores del lugar
Playground community
04 Septiembre 2018 18:48
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Honey. Así se llama el delfín. O mejor dicho, la delfín. Un delfín hembra que ya tuvo su momento de fama mediática porque su captura fue filmada durante el rodaje de The Cove, aquel premiado documental que retrataba la anual cacería de delfines en Taiji.
Ahora Honey vive sola en la piscina de un parque acuático que hace tiempo que fue clausurado. Su única compañía son varias decenas de pingüinos que también fueron abandonados por el propietario del parque. 46 pingüinos y Honey viviendo sin cuidadores, en un espacio desatendido desde hace ya más de 7 meses en Choshi, en la prefectura de Chiba, al este de Tokio.
La mayoría de los animales que habitaban el Parque Marino Inubosaki han sido trasladados a otros zoos e instalaciones más o menos adecuadas tras la quiebra del centro. Pero por alguna razón Honey y los pingüinos se quedaron atrás, sin nueva casa.
“El acuario cerró repentinamente a finales de enero”, explica a Reuters Sachiko Azuma, representante de la ONG Peace. “No esperaba que los animales fueran abandonados. Pero tras la clausura del centro la gente pudo ver que todavía había animales en el recinto. Así que empecé a investigar y descubrí que las negociaciones para trasladarlos no habían progresado”.
Nadie trabaja ya en Inubosaki. No hay cuidadores ni veterinarios ni biólogos marinos ni personal de mantenimiento. Las criaturas han podido sobrevivir en ese lugar abandonado gracias a extrabajadores y algunos voluntarios que se acercan hasta allí para proporcionarles comida. Pero no es el lugar más adecuado para estos animales.
Los animalistas que se han acercado hasta Inubosaki cuentan que los pingüinos están sucios, cubiertos de polvo, y viven colectivamente rodeados de escombros. Al menos se hacen compañía los unos a los otros, debe pensar Honey. Ella está limpia, pero sola. Vive recluida en una piscina pequeña. Para un delfín, un doble sufrimiento.
Distintas organizaciones protectoras reclaman el inmediato traslado del delfín y los pingüinos a instalaciones más adecuadas y en las que puedan recibir los cuidados precisos.
Las autoridades han confirmado que los empleados del acuario y otros voluntarios han continuado alimentando a los animales regularmente y aseguran no haber encontrado en sus visitas "nada malo en la forma en que se mantiene al delfín y a los pingüinos”. Para otros, la situación de abandono es obvia e inaceptable.
Por el momento ningún otro parque marino de Japón se ha ofrecido a hacerse cargo de estas pobres criaturas. Peace, Save The Ocean y otras oenegés piensan seguir presionando hasta sacar a Honey y a estos 46 pingüinos de Inubosaki.
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