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El hombre que grabó las imágenes incluso afirma que vio lágrimas en los ojos del orangután
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No estamos solos en el universo. Que no. Y no hace falta mirar al cielo ni hacer grandes inversiones en naves espaciales para darse cuenta. Tenemos primos muy cercanos aquí mismo, en cualquier jungla. Y en algunos zoos.
Hace más de cien años que Darwin puso el mundo boca abajo cuando escribió su teoría de la evolución. Y aún hoy, por increíble que parezca, en países tan avanzados como Estados Unidos sigue habiendo fuertes grupos que prefieren la versión literal de la Biblia. Pero la ciencia es testaruda y la tecnología genética demuestra que tú, sí tú también, compartes un 99% de genes con cualquier chimpancé.
Y este parentesco cercano, aunque sea un poco menos, lo tenemos con todos los simios. De hecho, algunas organizaciones hablan desde hace años de concederles derechos y hasta ciudadanía, cosa que no llegaremos a ver... Al fin y al cabo, hay quien cuestiona todavía los derechos de los humanos nacidos un poco más allá de una frontera o con otro color de piel, así que no debería sorprendernos que mucha gente ni se plantee empatizar con un “mono”.
Pero nosotros sí creemos en este parentesco, y en estos maravillosos animales cuyas capacidades y comportamiento podemos reconocer con facilidad. Así que podemos suponer cómo se sintió esta pareja que acudió al Zoo de Colchester y se encontró con este orangután macho que, al ver la barriga embarazada de siete meses se aproxima y reacciona de esta forma emocionante. El hombre que grabó las imágenes incluso afirma que vio lágrimas en los ojos del orangután.
El vídeo se ha hecho viral y lo entendemos. Porque sabemos lo que estamos haciendo a esta especie. No sólo encerrándolos en zoos en lugares lejanos a su hábitat natural, privándolos injustamente de su libertad, de sus instintos y de su familia. También estamos destruyendo sus hábitats, y las dos subespecies de orangután, Borneo y Sumatra, se encuentran en peligro de extinción. ¡Bravo! Como para sentirse orgullosos.
Estos primos pequeños debieran ser respetados y comprendidos. Tienen mucho que decirnos de sí mismos pero también de nosotros. El estudio de sus genes no sólo nos ha dicho que compartimos un 97% del genoma con los orangutanes; también nos ha mostrado que ellos son inmunes a un buen número de cánceres que sí afectan y matan a los humanos. Quizá ellos escondan respuestas que puedan ser útiles a nuestra supervivencia.
Así que, incluso para los que tienen el alma de corcho, aunque sea por mero egoísmo, debiera preocuparles que estemos destrozando tanto las selvas que ellos habitan, que estén al borde de la desaparición. Ojalá les preocupase sólo porque es lo correcto. Habrá que seguir trabajando en ello.
Entre tanto, si hace poco nos sorprendía un orangután atacando él sólo a una gigantesca excavadora que estaba destrozando su hogar, hoy tenemos esta otra muestra de ternura y empatía hacia la gestación de un semejante. Estas imágenes dan pie para preguntarse, incluso el más escéptico, si ahí no habrá entendimiento, voluntad y alma.
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