Continúa el goteo de denuncias por acosos y abusos sexuales en Hollywood. El último en resultar salpicado es John Travolta. En su caso, se trata de una mácula vieja que ahora se hace pública por primera vez. La mancha es una vieja denuncia criminal en la que un profesional del masaje de 21 años le acusaba de 'agresión sexual'.
Los hechos que motivan la denuncia se remontan a principios del 2000. En febrero de aquel año, Travolta se alojó durante varios días en el hotel La Quinta de Palm Springs, California. Una noche, a las 1:30 horas, el que fue Tony Manero bajó al spa del establecimiento —que aquellos días se mantenía abierto más allá de la medianoche para uso exclusivo del actor— demandando un masaje. Y aquello acabó, según el denunciante, con Travolta manoseándole las nalgas, exhibiéndose de forma “indecente” y haciendo comentarios impúdicos sobre sus fantasías gais.
“¿Alguna vez te has dejado chupar el ano por un hombre?”
Cuenta el masajista que, aquella noche, Travolta le solicitó que se concentrara en sus glúteos. Y él procedió. Mientras, el actor “empezó a retirar su toalla para exponer su culo desnudo”, una y otra vez. Al acabar el tratamiento, el actor se volvió hacia el trabajador del spa para decirle que “le encontraba muy atractivo y que el masaje le había excitado”. El masajista no respondió.
Travolta expresó luego su deseo de pasar a la sauna, y pidió al joven que le acompañara, “para no estar solo”. El chico accedió. Ya en la sauna, Travolta se ofreció a demostrar sus propias técnicas de masaje en el cuerpo del masajista.
De nuevo, el joven accedió. “Travolta escurrió sus manos bajo la toalla y empezó a masajear la parte interior de sus muslos y sus nalgas”, reza el informe policial. Ahí fue cuando el trabajador empezó a sentirse incómodo y le pidió a Travolta que parase. Se levantó y abandonó la sauna. El actor salió detrás de él ofreciéndose a “enjabonarle la espalda mientras se duchaba”.
El masajista rechazó su oferta y se vistió. Pero el actor siguió haciéndole insinuaciones y preguntas de clara intención sexual. Cosas como: “¿Alguna vez te has dejado chupar el ano por un hombre?” o “¿Qué harías si alguna vez tuvieras un encuentro sexual con un hombre? Quiero saberlo, para tener algo con lo que fantasear”.
El masajista se largó sin contestar.
“¿Qué harías si alguna vez tuvieras un encuentro sexual con un hombre? Quiero saberlo, para tener algo con lo que fantasear”.
El joven reportó el incidente a sus jefes y al Departamento del Sheriff de Palm Springs, que envió un agente al hotel para recavar información.
El masajista afirmó que se sintió "violado" y expresó su deseo de denunciar a Travolta por agresión sexual, de acuerdo al informe policial. El agente, sin embargo, señaló en aquel informe que "los detalles no se corresponden con los elementos de una agresión... o una agresión sexual" y que "ninguna de las acciones o comentarios se produjeron en presencia de testigos, por lo que no pueden ser corroborados".
Al final todo quedó en nada. El mánager de Travolta en aquella época, Jonathan Krane, recoge en sus diarios que tuvo conocimiento del episodio y medió ante la dirección del hotel para que todo quedara como "un malentendido". No se presentaron cargos contra el actor.
Un comportamiento reincidente
Parece que a Travolta le gustan los masajes, y los masajistas. En su registro legal existen al menos otras dos demandas que alegaron comportamientos por parte del actor muy similares al descrito arriba. En 2012, dos masajistas presentaron sendas demandas civiles contra el actor por acosos. Pedían una compensación de 2 millones de dólares por daños.
La primera de aquellas denuncias hablaba de tocamientos de pene no solicitados, de Travolta masturbándose y pidiendo masturbar al terapeuta durante una sesión de masaje en un hotel de Beverly Hills. Cuando el masajista rechazó su oferta, el actor "empezó a gritar al denunciante, diciéndole que era un egoísta", que "él había llegado donde estaba gracias a los favores sexuales que había prestado en sus días de Welcome Back, Kotter" y que Hollywood estaba "controlado por judíos homosexuales que hacían favores a cambio de actividades sexuales". Según la demanda, Travolta habría llegado a decir que "había hecho cosas en el pasado [sexuales, se entiende] que harían vomitar a la mayoría de la gente".
El segundo de aquellos episodios, que supuestamente tuvo lugar pocas semanas después en Atlanta, se habría quedado en el terreno del acoso, con el actor haciendo proposiciones indecentes al masajista, "existiendo documentación sustancial y numerosos testigos que pueden acreditar las acciones de Travolta", según el texto de la demanda.
En 2012, dos masajistas presentaron sendas demandas contra el actor por acoso sexual. Las dos demandas fueron retiradas pocas semanas después
Al final, después de varios días de intercambios en prensa entre el abogado de los demandantes y el equipo legal del actor —según ellos, todo había sido "fabricado" por el propio abogado"—, ambas demandas fueron retiradas.
En 2013, Gawker tuvo acceso a documentos que muestran reclamaciones de la productora de Travolta, Constellation Productions Inc., a su aseguradora, en relación a seis supuestos asaltos sexuales. Varias de esas reclamaciones, incluida una que alude a un masajista, llevaban asociadas cantidades monetarias. El equipo legal de Travolta siempre he negado que esas cantidades se refieren a pagos por acuerdos privados alcanzados con los demandantes. Según ellos, las anotaciones correspondían a los gastos legales que había ocasionado cada caso.