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Australia sugiere comer más canguros para frenar su superpoblación

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Hay 50 millones de canguros frente a 24 millones de humanos en Australia

Rosa Molinero Trias

12 Septiembre 2017 12:13

Actualmente, la población de canguros en Australia supera a la de los humanos: 50 millones de marsupiales frente a 24 de personas. Y las autoridades, para complacer a agricultores y ganaderos, están lanzando un mensaje: cazad y comeros a esos canguros que os roban el pasto. ¿De veras que esta es la mejor solución que se les ocurre?

Por supuesto que no. Pero es la más rápida para paliar con el descontento de la industria campesina que ha visto cómo desde 2007 la población de canguros ha crecido de los 7 millones a los 50 sin que el gobierno invirtiera esfuerzos para gestionar mejor este problema.

David Paton, profesor asociado de la Universidad de Adelaida, que apoya los programas de caza de canguros, dijo para News.com.au: “No es la culpa de los canguros que haya sobrepoblación, probablemente hemos sido demasiado reacios a hacer algo con ellos, a quitarlos del sistema antes para prevenir que causen estos daños”.

Este argumento de que pueden matarse a los canguros está muy arraigado en Australia. De hecho, en el siglo XIX se los pasó a considerar alimañas que amenazaban los beneficios del sector agrícola y ganadero y de los que uno debía deshacerse. Como recordaba The Conversation, la aprobación en Nueva Gales del Sur de una ley que permitía y recompensaba la caza de canguros y ualabíes resultó en el período de 1883 a 1920 en la extinción de tres especies. Sin embargo, “plaga nacional” es como los sigue considerando el Departamento de Sostenibilidad y Medioambiente de Victoria, que alega que dañan los vallados, compiten con el ganado doméstico por comida y agua y destrozan los cultivos.

También el estado de Queensland lleva pidiendo desde 2013 que se cazen a los canguros. Por aquel entonces, las cifras alcanzaban los 25 millones, según recogía The Courier Mail, y el consejero de AgForce, la principal agrupación de agricultores de la zona, repetía la misma queja: “Lo de la población de canguros es un asunto que nunca se ha abordado de verdad pero dada la amenaza que supone, no podemos esperar más”.

¿Pero realmente es tal la amenaza que representan?

THINKK, un grupo de protección de canguros de la Universidad Tecnológica de Sidney, afirmaba ya en 2013 que los números que se estaban manejando eran erróneos: “Es biológicamente imposible para una población de canguros incrementar un 45% al año”, decía para The Courier Mail el científico Daniel Ramp, que explicaba que los rangos normales estaban entre 1.03 y 1.3 y que podía llegar como máximo hasta 3.4 en los canguros rojos.

Y daba la explicación siguiente respecto a este boom poblacional: “Las poblaciones de canguros crecen y decrecen de forma natural según las condiciones medioambientales y durante muchos años la mortalidad de los ejemplares jóvenes ha sido hasta de un 90%”. Por otro lado, señalaba los peligros de permitir la caza indiscriminada alegando que es por razones de bienestar animal: “no encaja con ninguna definición adscrita en ninguno de los cuerpos animalistas más importantes, ignora los procesos evolutivos y ecológicos y puede ser un constructo para intentar de forma deliberada el derribo las afirmaciones de que cazar canguros, particularmente hembras, resulta en daños para sus crías y familias”.

Por otro lado, The Conversation indicaba que las observaciones a largo plazo en el noroeste de Nueva Gales del sur indican que los canguros y el ganado solamente compiten cuando los pastos se ven afectados por la sequía. Asimismo, se indicaba que la gestión de los canguros había sido ineficiente hasta la fecha por muchos motivos, entre ellos porque no se había tenido en cuenta el aumento de la producción agraria. Solamente se evaluaban los costes, que superaban los 44 millones de dólares australianos, sin tener en cuenta tampoco los beneficios que había supuesto tener más canguros en el paisaje: apenas tienen huella  para el medioambiente, puesto que no generan metano, y actúan como plantas de reciclaje de energía, según afirmó este estudio.

Cabe resaltar esto que recordaba THINKK: cada año se matan 3 millones de canguros adultos y 855 mil crías, sin tener presente que llevan 16 millones de años en el ecosistema australiano y son los principales herbívoros nativos, por lo que atentar contra ello puede provocar una cascada de daños en la cadena trófica y en el funcionamiento ecológico del país.

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