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Opinión
El beso gay en ‘prime time’ que ha hecho las paces con nuestra adolescencia
/OPINIÓN/ “Si ahora volviera a mi adolescencia y alguien me gritara 'maricón' no bajaría la cabeza avergonzado. No me sentiría solo ni tendría miedo. Por eso el beso gay de OT es una victoria” #CuántaPluma
Ayer por la noche Raoul y Agoney hicieron historia en TVE. Tras interpretar “Manos vacías”, canción del siempre valiente Miguel Bosé, se fundieron en un apasionado beso en prime time que provocó que muchos y muchas aplaudiéramos desde el sofá de nuestra casa.
Durante la séptima gala de OT 2017, gais, lesbianas y bisexuales nos sentimos escuchados por nuestra televisión pública. Y eso no lo consiguieron ni directivos ni creadores de contenido; eso lo han hecho dos chicos normales. Tan normales como tú y como yo.
Desde que se besaron en el primer ensayo, las redes sociales se llenaron de memes con el momento #Ragoney. El público más joven, independientemente de su orientación sexual, reivindica esta acción rebelde como algo suyo, ya que por fin están tomando el mando de un programa de entretenimiento. Si antes nos enamoraba la inocencia con la que se expresaban en la academia Natalia y Alex o Bustamante y Gisela, ahora nos sentimos identificados con una generación de triunfitos, que habla sin tapujos sobre sexualidad, feminismo y pluralidad lingüística.
Cuando veía a Rosa, Bisbal, Chenoa y compañía durante mi adolescencia, me resultaba impensable escucharlos hablar de homosexualidad y mucho menos esperar que dos concursantes del mismo sexo se besaran delante de todo el país. Y, aunque es incuestionable que por la pequeña pantalla han pasado personajes queer en series como Física o Química, Hospital Central, Glee o Sense8, lo que convierte este beso en un tornado de fuerza imparable es que sabe a realidad. Que sus protagonistas no son personajes de ficción.
Ojalá a mis 14 años hubiera visto a un Raoul y a un Agoney besarse en la televisión pública porque me hubieran ayudado a no sentirme un bicho raro en el instituto. Si ahora volviera a mi adolescencia y alguien me gritara "maricón" no bajaría la cabeza avergonzado. No me sentiría solo ni tendría miedo. Por eso el beso gay de OT es una victoria. Por fin nos sentimos visibilizados de forma natural y sin clichés de por medio. Llevábamos esperando esto mucho tiempo. TVE nos lo debía.
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