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Lit
Con ‘Descubrir lo que se sabe’ la escritora Nieves Álvarez y la Asociación Genialogías demuestran la escasa presencia de mujeres en galardones de poesía concedidos en el último siglo
20 Diciembre 2017 14:30
“¿Discriminación en la poesía española? ¿Cómo? ¿Qué has dicho? No te entiendo”.
Pues lee esto:
Qué. Un estudio pone datos a algo que ya sabíamos pero que ahora podemos medir con porcentajes contundentes. Que el machismo literario en España en general y en su sistema de premios literarios en particular ha sido muy dañino y ha marcado nuestra manera de celebrar o ningunear a ciertos escritores.
Quién. La escritora Nieves Álvarez junto a la Asociación Genialogías, ha publicado recientemente Descubrir lo que se sabe. Según Álvarez “ser mujer en España es sinónimo de tener menos posibilidades de obtener un premio de poesía o de ser miembro de un jurado. El poder está en manos de los poetas varones. Los resultados del estudio son demoledores, no solo porque a lo largo de casi 100 años analizados las poetas hayamos sido marginadas, excluidas y vilipendiadas, sino porque las instituciones públicas no cumplen la Ley de Igualdad Efectiva que les obliga a proponer jurados paritarios”.
Cuándo. Álvarez y Genialogías han observado 48 premios de poesía públicos otorgados entre 1923 y 2016.
Cuántos. Aunque el estudio se centra en esos 48 premios concretos, cuya cuantía era igual o superior a 5.000 euros, Descubrir lo que se sabe también revela que de los galardones celebrados durante esos mismos años, sólo 257 recayeron sobre mujeres y 1.211 se concedieron a hombres. Otro dato interesante que aporta el estudio es la participación de los jurados, compuestos en su mayoría por hombres, y sólo en un 15% por mujeres. En la mayoría de estos premios, la presencia femenina se reducía al papel de secretaría sin voz ni voto.
Por qué es importante. Porque demuestra que durante el último siglo nuestra cultura y nuestras instituciones públicas han perjudicado la creación hecha por mujeres. Que en el momento de salir un libro al mercado o de presentarse a una competición, la discriminación al producto firmado por ellas es notable. Y también que el reconocimiento y las posibilidades de generar influencia, salir en prensa, ganar otros premios o figurar en los libros de texto de nuestras escritoras es mucho menor que la de nuestros escritores debido a la constante minusvaloración de las obras firmadas por mujeres.
¿Nos ayudará “descubrir lo que ya sabíamos” a “destruir lo que ya temíamos”?
Ojalá que sí.
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