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El drama de Somalilandia nos alerta sobre el futuro de los refugiados climáticos

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Así sobrevive una de las zonas más vulnerables del planeta

PlayGround

25 Octubre 2019 19:07

El Cuerno de África, en el extremo oriental del país, siempre ha sido una de las zonas más vulnerables del planeta. Pero el cambio climático ha convertido a este rincón del mundo en una enorme catástrofe humanitaria.

En Somalilandia la situación es especialmente grave. En esta república autoproclamada, 600.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus pueblos y desplazarse a la ciudad en los últimos años por los estragos que la sequía ha causado en sus ganados y cultivos.

Con cuatro millones de habitantes y sin reconocimiento legal como Estado, el país lucha para que el cambio climático no acabe por liquidar las pocas esperanzas de futuro que le quedan. ¿Cómo convencer a la gente que siga trabajando unas tierras cuya productividad no deja de descender?

La incidencia del cambio climático en esta dramática situación es innegable. La media de las temperaturas máximas diarias ha aumentado alrededor de un grado en los últimos 30 años, hasta alcanzar los 34 grados centígrados. Paralelamente, se ha producido un importante aumento de las estaciones secas: en los últimos 20 años solo ha habido tres buenas temporadas de lluvia. Algo que ha resultado letal para las cosechas y los rebaños de cabras, camellos, ovejas y vacas, que componen el pilar de la economía somalilandesa.

Al azote del cambio climático hay que sumarle la complicada situación legal del país. Somalilandia se emancipó de Somalia en 1991, funcionando de manera autónoma desde entonces. Esto ha librado al país del terrorismo y la violencia que asolan algunas regiones somalíes, pero el hecho de que no esté reconocido como país excluye a Somalilandia de las ayudas y créditos de la mayoría de las instituciones mundiales.

“Somos diferentes de otros países... Tenemos muchas más dificultades", explica Faisal Ali Sheij, director de la Autoridad para la Prevención de Desastres Nacionales y las Reservas Alimentarias de Somalilandia, a El País. "No tenemos ríos ni depósitos de agua. En toda Somalilandia, la vida depende del agua de la lluvia... y no podemos conseguir préstamos de otros países".

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Un joven en el pueblo de Biyoguure va a llenar su tanque con agua el 4 de julio de 2019 en Somalilandia. Fundación Thomson Reuters / Claudio Accheri

Las grandes sequías de 2016 y 2017 acabaron con el 89% del ganado del país, y el pasado año el ciclón tropical Sagar, el más potente de los registrados que ha tocado tierra en esa parte del mundo, obligó a miles de personas más a abandonar sus hogares. Los somalilandeses tenían esperanzas que este año la situación fuera más favorable pero la estación de lluvias no ha aparecido, llevando el país al borde de la hecatombe.

"Ya no hay prácticamente ninguna probabilidad de que en Somalilandia se produzcan precipitaciones (desde julio) hasta este octubre o principios de noviembre", pronostica Chris Funk, director de investigación del Centro de Riesgos Climáticos con sede en Estados Unidos. “La regularidad cada vez mayor de las sequías tiene que ver también con el calentamiento de los océanos Índico y Pacífico debido al cambio climático, lo cual ha aumentado las lluvias sobre los océanos y reducido las que caen en el este de África oriental”, explica.

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El pueblo de Abdigeedi, a 160 kilómetros al noroeste de Hargeisa en Somalilandia y cerca de la frontera con Yibuti. Fotografía tomada el 6 de julio de 2019. Fundación Thomson Reuters / Claudio Accheri

A pesar de esta lamentable situación, el país no se rinde. En 2015, la ONG Comité Juvenil Voluntario para el Cuerno de África (Havoyoco, por sus siglas en inglés) creó un banco de semillas comunitario en Galoley. Tal y como explica Mohamed Ali, director de proyectos de la organización, el banco ha distribuido semillas resistentes a la sequía e inmunes a las enfermedades —maíz, tomate y sorgo, entre otras— entre los agricultores locales, que luego contribuyen al banco con semillas de sus propias cosechas.

Al mismo tiempo, Somalilandia intenta diversificar su economía tratando de atraer inversores extranjeros que puedan estar interesados en la posición del país en una ruta vital de transporte marítimo.

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Una mujer recolecta semillas resistentes a la sequía y libres de enfermedades en el banco de semillas establecido por HAVOYOCO en Galoley, Somalilandia, el 5 de julio de 2019. Fundación Thomson Reuters / Claudio Accheri

Somalilandia controla 760 kilómetros de costa en el golfo de Adén, donde Emiratos Árabes Unidos financia una renovación del puerto de aguas profundas de Berbera por valor de 440 millones de dólares, y está instalando una base militar. Pero tal y como reconoce la exministra de Exteriores de Somalilandia a El País, para que lleguen las inversiones primero tiene que cambiar si situación legal. "Es fundamental que diversifiquemos la economía para traer comercio y trabajo pero también es decisivo para el futuro del país obtener su reconocimiento político. Cuando nos reconozcan, vendrá gente e invertirá”.

De no ser así, cada vez serán más los jóvenes somalilandeses que intenten emigrar por culpa del cambio climático. Una situación que el resto del mundo debería considerar como una alerta. No en vano, el Banco Mundial calcula que el cambio climático obligará a unos 140 millones de personas a emigrar de aquí a 2050 si no se toman medidas. Y el planeta no está preparado para esto.

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