Escupía en sus productos de higiene y contaminaba sus pertenencias con moho y sangre menstrual mientras presumía de ello en Instagram. ¿Racismo, envidia, o simplemente pura maldad?
Brianna Brochu, de 18 años, acaba de protagonizar la que seguro será la expulsión más sonada de su universidad en Hartford, Connecticut, en una buena temporada.
Como es típico en los campus americanos, Brianna compartía habitación con una compañera, Chennel Rowe. Por motivos sobre los que solo podemos especular (racismo, envidia...), Brochu cruzó a Rowe (afroamericana) desde el minuto uno. Prácticamente nada más conocerla supo que la quería fuera de aquel cuarto, e hizo todo lo imaginable (y más) para que Chennel se sintiera tan mal en su propio dormitorio que decidiera marcharse.
Podríamos usar eufemismos para definir a esta mujer, pero creo que la forma más clara y honesta de hacerlo es decir que es una mala persona. Una mala personas que, para más inri, es muy torpe en sus maldades, ya que además de hacerle la vida imposible a su compañera de las formas más terribles, lo hizo público en sus propias redes sociales.
“Por fin lo he conseguido, ¡me he librado de mi compañera de mi cuarto! Después de un mes y medio escupiendo en su aceite de coco, poniendo salsa de almeja mohosa en sus cremas, frotando tampones usados en su mochila, poniendo su cepillo de dientes en lugares donde nunca brilla el sol y mucho más, al fin puedo decirle adiós a la Barbie jamaicana”.
Para cuando otras personas le enseñaron a Chennel los posts (ahora eliminados) de en la cuenta de Brianna ella ya estaba en proceso de mudarse.
Según varios reportes, la policía está pidiendo ahora que Brochu sea acusada con cargos de intimidación basada en fanatismo y prejuicios, aunque no han querido hacer declaraciones públicas al respecto.
La universidad ha decidido expulsar a Brianne, pero nada de esto sucedió hasta que un vídeo de Rowe en Facebook contando su experiencia se hizo viral.
En el vídeo Chennel explicó que después de mudarse experimentó “dolor extremo de garganta sin saber porque estaba enferma”, algo que entendió al ver que Brochu estaba contaminando sus pertenencias con fluidos corporales y moho.
También explica que finalmente decidió marcharse del cuarto hace dos semanas porque sentía que no la querían allí, que Brochu también la grabó en sus actividades diarias (como comer) para colgarlas en las redes y reírse de ella, y que considera que la escuela “se está tomando su tiempo con la investigación por el hecho de que sea negra y mi compañera blanca… si los roles se cambiaran, me gustaría saber si se hubiese gestionado de la misma forma”.
En las redes la historia ha generado indignación, especialmente el hecho de que no se tomaran medidas hasta que se hizo viral.
"Es raro que antes de que esta historia ganara atención nacional, esta chica solo fuese a ser imputada con dos faltas menores".
"Lo que más me enfada es que la universidad intentara silenciarla y solo expulsara a la chica porque se hizo viral".
Con el hashtag #JusticeForJazzy (nombre que Chennel utiliza en Internet), miles de personas están mostrándole su apoyo online.
“Estoy tan disgustada que no puedo articular mis pensamientos en palabras ahora mismo. Esto fue un crimen de odio, simple y llano, no lo llaméis de ninguna otra forma”.
Creo que la mayoría estaremos de acuerdo en que los actos reiterados de acoso de Brianna a Channel van bastante más allá de una broma de mal gusto.
"Justicia para Jazzy, el envenenamiento es un intento de asesinato, no una falta menor".
Algunos consideran que es un acto de racismo.
"POR ESTO ES QUE LA APROPIACIÓN CULTURAL ES UNA BANDERA ROJA. Brianna Brochu está obsesionada con la cultura negra pero envenenó a su compañera de cuarto negra".
O de envidia y obsesión enfermiza por las personas negras.
"Estoy convencida de que esta chica quiere ser negra o tiene una obsesión malsana con la gente negra".
Otros opinan que este asunto va más allá de un acto de pura maldad o una cuestión racial, y creen que la motivación de Brianna eran los celos por su feminidad y su orientación sexual.