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'Jack' coge ideas de Kickstarter y fabrica el producto antes. ¿Competencia legítima o plagio descarado?
02 Febrero 2017 11:07
No hacía ni un mes que su negocio había despegado cuando ‘Jack’ transfirió 70.000 dólares a una fábrica en Shenzen, China, rezando porque su dinero no fuese a desaparecer.
“Lo único que tenía era la dirección de Skype de una mujer china de la que no sabía ni tan siquiera el nombre”, recuerda ‘Jack’. “Y aunque lo hubiese sabido, eso no habría hecho que el momento no fuera uno de los más terroríficos de mi vida”.
‘Jack’, cuyo nombre real prefiere mantener en el anonimato, respiró tranquilo cuando, semanas después, un mensajero llamaba a su puerta para entregarle los 15.000 cubos de plástico que había encargado; unos cubos que le reportarían unas ganancias de 345.000 dólares en tan solo dos meses.
Unos cubos que, además, ‘Jack’ ni tan siquiera había creado.
El Stress Cube, que así se llama el artefacto, es una imitación milimétrica del Fidget Cube, un aparato de plástico que cubre las mismas necesidades: disminuir nuestros niveles de estrés mediante clicks en los botones y palancas de un cubo de plástico.
El Fidget Cube, anterior al Stress Cube, nace de una exitosa campaña de Kickstarter que llegó a recaudar más de 6.000.000 de dólares.
“Una de las cosas negativas que tiene hacer un crowfunding”, declaran los creadores del Fidget Cube, “es que cualquier persona puede ver el hype y la demanda que se está generando alrededor de tu producto”.
No es la primera vez que ‘Jack’ toma ‘prestada’ la idea viral de un tercero para fabricarla mediante mano de obra china: este emprendedor también se inspiró en una exitosa colchoneta hinchable —con la que KAISR iniciaron un crowfunding— para lanzar Cozy Bag, un producto calcado al primero.
“Esto ya no va de quién tiene la idea primero”, de defiende ‘Jack’, “sino de encontrar la mejor manera de vender un producto y de saber explotar el potencial de Internet”.
Cogiendo ideas ajenas, poniendo empeño en dar solidez a su marca, y utilizando de forma inteligente las redes sociales para hacer publicidad agresiva de ‘sus’ productos, ‘Jack’ ha creado un pequeño imperio; uno en constante mutación. “Hay mil productos ahí fuera; no voy a estar vendiendo el Stress Cube toda la vida”.
“Mi objetivo es seguir dándole a la gente productos que les vuelvan locos”. Lo que no aclara es si para ello se seguirá nutriendo de las ideas ajenas.
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