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Cuando les viene la regla, las musulmanas teóricamente no pueden ni ayunar ni rezar. Pero algunas mujeres rechazan esta prohibición
07 Junio 2017 06:00
Maisa Laghmari lleva desde los 14 años haciendo el Ramadán, el mes más importante del calendario musulmán durante el cual los creyentes practican el tradicional ayuno durante las horas de sol. Aunque existe cierta unanimidad sobre las personas que están excluidas de esta práctica por razones obvias —embarazadas, niños y ancianos—, existen algunas dudas sobre qué deben hacer las mujeres cuando tiene la regla. Como el Ramadán se extiende a lo largo de un mes completo, raro es que no te coincida con la regla. Maisa, por ejemplo, solo se ha librado un año.
“Recuerdo sentirme algo molesta cuando me viene, ya no porque tenga que devolver esos días después, sino porque rompe con tu planificación”. Maisa tiene 20 años y le gusta cumplir religiosamente con todas las actividades que exige este periodo: rezar, dedicarle tiempo al Corán, ir a la mezquita y escuchar los sermones del Imam. Pero cuando le llega la regla, su rutina cambia. “Sabes que no puedes seguir con tu periodo marcado”.
Junto a sus amigas suelen bromear: a la que le ha bajado la regla, y por lo tanto rompe el ayuno, sube alguna foto de ella por WhatsApp comiendo cualquier cosa apetitosa o bebiendo algo. Maisa ha crecido pensando que las mujeres menstruantes supuestamente no pueden ayunar o rezar. Esos días de ayuno “perdidos” se tienen que recuperar ese mismo año antes del próximo Ramadán. Si no lo hacen, están obligadas a devolverlo en forma de dinero para los pobres. Los rezos no hace falta recuperarlos.
Imagen vía Getty
Aunque esta idea de que la menstruación rompe el ayuno está comúnmente aceptada, muchas mujeres musulmanas se plantean esta duda en varios foros y páginas webs. Para aquellas mujeres a las que la regla no les supone mayor trastorno físico u hormonal, romper el ayuno les parece un estorbo, un engorro, como a Maisa.
“Te sientes rara si toda tu familia o amigos lo están haciendo”. Hay que pensar que el Ramadán se vive como un gran acontecimiento en muchas casas: las familias rompen el ayuno comiendo de forma abundante cuando llega la puesta de sol. En algunas ocasiones también hacen juntos el Maghrib (oración durante la puesta de sol) o Isha (la oración de la noche).
“Ninguna mujer menstruando o persona que esté en impureza mayor debe recitar parte del Corán en voz alta”, reza un hadiz. A menos que sea imprescindible, por ejemplo, en el caso de una profesora que tiene que impartir clase. Los hadices, dentro del Islam, son los dichos y acciones del profeta, esto es, aquellos que no aparecen expresamente en el Corán, sino en la sunna (el libro de los hechos). Otros hadices defienden que “el ayuno se invalida si te viene la regla, por lo que luego la mujer habrá de recuperar los días”.
Laure Quiroga, pensadora, musulmana y miembro de Red de Mujeres Musulmanas, no ve mayor problema en romper el ayuno. Quiroga no interpreta esta “prohibición” desde la impureza. Para ella, solo es una forma de cuidar más a la mujer en aquellos días en los que se puede sentir más débil. “No hay prohibición alguna, es un parón lógico que te pide el cuerpo”, explica.
“La impureza es un concepto ajeno a la cosmología islámica. Una mujer que menstrua no es impura, esas son ideas arraigadas a otras tradiciones pero no al Corán. Con la interrupción del ayuno simplemente se trata de hacer prevalecer la salud de las mujeres y descansar en un momento vital”.
Ramadan vía Getty Imagénes
¿Pero qué hacer en aquellos casos en los que la regla no te molesta especialmente? Es el caso de Maisa. Ella sí que lo vive como una especie de tabú. A Maisa le gustaría poder mantener el ayuno como normalmente hace. “Sí que prevalece para mí esa idea de impureza. En cierta manera nos educan para vivir la menstruación como un tabú, te sientes sucia por sangrar una vez al mes”. Durante el Ramadán ese sentimiento se le intensifica.
Hajar Samadi, musulmana de 30 años, lo ve de otra forma: “Mira, yo me lo tomo como un regalo, una bendición. Es una licencia que tenemos las mujeres. El ayuno nunca es fácil y la menstruación tampoco, así que es simplemente una forma de cuidar a una mujer”. Para ella no supone ningún problema, “hay muchas otras cosas que puedes hacer excepto ayunar o rezar, puedes aprender cosas de tu religión, ayudar a los pobres, ir a la mezquita o leer el Corán”.
Maite Carbajo, española conversa, escribió a propósito de la menstruación un artículo en el portal especializado Alkalima, un medio de comunicación creado por musulmanes y musulmanas. Motivada por lo que ella entiende como una “mala interpretación” del Corán, su artículo básicamente insta a las musulmanas a que hagan lo que les de la gana con su menstruación.
“Hay normas saludables, pero nada es obligatorio. Ayunar, rezar u orar son actos de fé y es algo que solo tiene que ver entre el creyente y Dios. Solo hay una cosa obligatoria y es el asaque o la limosna a los pobres. Esto es obligatorio porque no te involucra solo a ti, sino que los demás dependen de ello”.
Por lo demás, Carbajo cree que durante todos estos años existe cierta radicalización sobre algunos conceptos mal interpretados del Islam y no casualmente casi siempre conciernen a derechos o libertades la mujer. “Por ejemplo, el uso del velo. El Corán nunca obliga a las mujeres a taparse, solo es una opción. Pero observamos que en muchas culturas ese 'no obligatorio' se traduce com una obligación para la mujer”.
Pasa lo mismo con la menstruación: “El Corán en ningún caso dice que esté prohibido ayunar, ni siquiera mantener relaciones sexuales, ni tampoco rezar o tocar el Corán como he leído en algunos foros de internet". De hecho, el Corán solo hace dos referencias explícitas en el libro sagrado a la menstruación y una de ellas es una advertencia para los hombres. Dice así (2:222):
«Y TE preguntan acerca de la menstruación. Di: “Es una molestia. Así pues, apartaos de las mujeres en la menstruación y no os acerquéis a ellas mientras dure y, cuando estén libres de ella, id a ellas como Al-lah os ha ordenado”»
"Hablando vulgarmente: les anima a los hombres que nos dejen en paz durante esos días, a que no nos molesten ni nos reclamen sexualmente, pero no prohíbe que la mujer menstruante, por ejemplo, reclame sexualmente al hombre. O que rece o que ayune. Eso no lo especifica en ningún sitio".
Carbajo cree que hay mucha “literatura falsa” en torno a los textos sagrados y esto, a la práctica, se acaba traduciendo casi siempre en una restricción de las libertades de la mujer. La regla, dice, nunca se trata como algo impuro dentro de los textos de el Corán. Esto es una interpretación extra coránica que se ha hecho después.
Desde la Junta Islámica tampoco se animan a aportar ninguna conclusión: "Es un tema dudoso y candente, sobre todo en estos días". Admiten que la costumbre lleva a pensar que no se puede ayunar ni rezar, pero "es un debate algo más complejo que no queda claro en las lecturas sagradas".
Advierten que el tema de la "impureza" es algo aún sin resolver, pero cada vez más planteado en círculos de musulmanas. Ante la duda, dicen, "debe prevalecer la voluntad de la mujer, no lo que digan unos cuantos hombres o muchos de los hadices cuya legitimidad, por cierto, está muchas veces en tela de juicio".
Para Carbajo, que también es miembro de de Red de Musulmanas, no existe ninguna incompatibilidad entre tener la regla y rezar o ayunar. “Eso depende de ti. Además, es muy difícil de demostrar. ¡Nadie va a venir a venir a comprobar si tienes la regla o no!”, argumenta con humor.
Para ella está claro: la decisión depende únicamente de la voluntad de la mujer y cómo se sienta en los días de su periodo.
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