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"Da miedo vivir aquí", dicen los vecinos de Temirtau
Playground community
11 Enero 2018 22:44
En la ciudad de Temirtau los cielos no son azules, ni el agua transparente, ni la nieve es ya blanca.
Los habitantes de esta localidad de Kazajistán, en la la provincia de Karagandá, miran con preocupación el manto negro que estos días cubre sus calles. Es una negrura que les llega al alma y se traduce en miedo e indignación, porque saben que ese mismo veneno negro que tiñe la nieve les rodea a cada momento, lo tocan, lo respiran, lo viven.
En una ciudad industrial como Temirtau, las chimeneas de las fábricas son, a la vez, el pan y la enfermedad o incluso la muerte. Muchos viven de las grandes fábricas metalúrgicas que se asientan en la zona, pero esas mismas fábrica amenazan su entorno, su salud y su futuro.
Aquí la preocupación ecológica es algo palpable, no meras teorías o historias lejanas. Los niños vuelven de sus juegos en la nieve negra como si retornasen de una mina de carbón, cubiertos de una sustancia difícil de limpiar, que se impregna a la piel y a la ropa y no vaticina nada bueno para la salud y el futuro de los más pequeños.
El humo y la niebla venenosa hacen que el temor se extienda y corren de vecino en vecino las historias de conocidos casos de envenenamientos masivos por este tipo de fenómenos, como el conocido caso del smog londinense de 1952, que empezó como una densa e inofesinva niebla y, en pocos días, dejó más de diez mil muertes y casi cien mil enfermos graves.
En Temirtau las mujeres afirman contundentes su miedo, mientras retiran de sus niños el rastro negro con que la contaminación marca sus juegos. Y la población alza la voz y pide medidas que les protejan, el derecho a tener un trabajo que no ponga en riesgo a sus familias.
Ante esta situación, las autoridades han reaccionado con multas a la empresa metalúrgica ArselorMittal Terminau, tras confirmarse un exceso de emisiones contaminantes a la atmóstefa tras varios informes ecológicos realizados. No hay noticia de que se prevean tomar medidas de cese de actividades, modificación de procesos que impidan nuevas contaminaciones, limpieza de los entornos dañados, o análisis, prevención y curación de la población afectada. Ojalá así se haga. De momento la multa impuesta no alcanza los dos millones de dólares. Posiblemente un percance menor en su cuenta de resultados.
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