El local en el que se asentó un establecimiento de la franquicia alimentaria hace tiempo que está abandonado
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Las autoridades federales norteamericanas se llevado una nueva sorpresa al descubrir un túnel que conectaba un restaurante de comida rápida abandonado en el condado de Arizona con una casa particular en México, al otro lado de la frontera. Un pasadizo que, lejos de ser rústico o chapucero, era de lo más profesional y sofisticado a lo largo de sus más de 180 metros de longitud. El objetivo de este túnel no era otro que servir de medio para transportar droga. Un narcotúnel, vaya.
La investigación para dar con este hallazgo comenzó el pasado mes de abril. La división de investigación del Departamento de Seguridad Nacional (HSI por sus iniciales en inglés) recibió una notificación de que algo ilícito y sospechoso se estaba llevando a cabo en un antiguo restaurante de la cadena de comida rápida KFC (antes conocida como Kentucky Fried Chicken). Un establecimiento que en los últimos tiempos permanecía cerrado y que se encuentra localizado a menos de 200 de la frontera mexicana, en San Luis.
Recibido el chivatazo, la policía comenzó a indagar para buscar al propietario del edificio abandonado. Iván López era el nombre que figuraba en los papeles como responsable del local y fue detenido 'con las manos en la masa' el pasado 13 de agosto. En el momento de su arresto llevaba varios paquetes de toda clase de drogas en la parte trasera de su camioneta: metanfetamina, cocaína, heroína, fentanilo...
La detención fue un primer paso. Lo que no sabían los agentes es lo que iban a descubrir en el registro de su viejo restaurante. Fue entonces cuando encontraron un túnel de lo más sofisticado y lo suficientemente amplio como para que una persona caminara por él sin problema alguno. ¿El final de dicho pasadizo? Una casa al otro lado de la frontera, en México. La salida estaba tras una puerta falsa que se escondía bajo una cama de esta vivienda.
Cualquiera pensaría que estamos viendo un episodio de la galardonada serie Breaking Bad, pero es una común realidad: desde el año 1990, la policía fronteriza ha descubierto cerca de 200 narcotúneles entre ambos países.
“Una de las cosas que los túneles nos dicen es que a medida que aumentamos la infraestructura, recursos, patrullas, los obliga a hacer rutas más costosas hacia Estados Unidos”, aseguraba Scott Brown, agente especial a cargo del HSI. En 2016, las autoridades descubrieron un corredor subterráneo de 800 metros entre Otay Mesa (California) y Tijuana (México). La frontera entre EEUU y México parece un queso gruyer con tanto agujero.
Por el momento, las autoridades policiales desconocen el tiempo que se lleva usando este último pasadizo para ocultar y transportar la droga, ya que López compró la propiedad el pasado mes de abril. De lo que sí están seguros es de que el ahora detenido era una persona de confianza, o miembro, de un cártel dedicado al narcotráfico.