Miles de personas pasean penes gigantes por las calles de Grecia en honor al dios Dioniso

El festival de un día sobre iconografía fálica que tiene lugar en la pequeña localidad de Tyrnavos, a unos 380 kilómetros de distancia al norte de Atenas, acaba de terminar. Se trata de uno de los festivales más famosos del país, claro que con esta temática, ¿cómo no serlo?

En la plaza mayor del pueblo se llegan a juntar hasta 15.000 personas que festejan sin límite mientras ingieren litros y litros de la típica bebida de este día, llamada Tsipouro. Este brebaje no es otra cosa que una especie de licor de vino realizado a partir de los restos que quedan después del prensado de la uva.

El pueblo se engalana con penes gigantescos que adornan las esquinas y columnas de las casas. Las representaciones fálicas también son protagonistas de enormes carrozas. Es el caso del diablo tumbado, como no, con un enorme aparato en honor a la festividad también.

El festival fálico tuvo lugar este lunes pasado 19 de febrero y marca el inicio de la cuaresma. Una de las creencias más extendidas es que el Festival de Tyrnavos proviene de otro festival de la antigua Grecia de Attica, el cual se llevaba a cabo para honrar a la diosa de las cosechas y de la agricultura Deméter.

Dos días antes, el sábado 17, las calles de Atenas también vieron desfilar un falo enorme en el marco de Phallephoria, una celebración en honor a Dioniso, el dios mitológico de la vendimia y el vino, inspirador de la locura ritual y el éxtasis, que un año más volvió a llenar de color el barrio de Plaka.

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