Tras el enganche inicial, ambas mujeres y sus respectivos grupos de acompañantes volvieron a enzarzarse en una pequeña batalla campal
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Esta mañana nos despertamos con noticias tan hilarantes como la de la anciana turista británica que quienes que su agencia de viajes le devuelva el dinero que desembolsó por sus vacaciones porque al llegar al destino elegido (Benidorm) se encontró con que en su hotel había “demasiados huéspedes españoles allí alojados”. Que mala pata la suya. Y ahora esto. Sigue la galería de los horrores del turista.
Por si no has entendido bien lo que has visto en el vídeo de arriba, te lo explicamos en una línea: dos mujeres se lían a guantadas frente a la mítica Fontana di Trevi, en Roma, cuando ambas intentan lograr el mejor ángulo para sacarse la ‘selfie’ perfecta.
Tras enzarzarse en una pelea verbal comenzaron los empujones, los tirones de pelo e incluso las bofetadas. La mala sangre llegó también a las respectivas familias y acompañantes de las dos partes implicadas: un total de ocho personas, entre las que se encontraban tres niñas menores de edad.
Cuando todo estaba a punto de convertirse en una auténtica batalla campal para sorpresa de todos los que allí se encontraban, los agentes de la policía romana intervinieron para calmar las aguas. Los ánimos se apaciguaron pero solo momentáneamente, ya que varios minutos después de su llegada la pelea continuó a pocos metros de la fuente, obligando a los agentes de la policía a pedir refuerzos a sus compañeros.
Finalmente, todas las partes implicadas fueron detenidas y recibieron cargos por violencia y amenazas.
La escena es un episodio más de los problemas que sufre la ciudad de Roma, e Italia en general, a causa del turismo. Solo por poner algunos ejemplos, la ciudad de Milán publicó el año pasado una serie de prohibiciones con el objetivo de facilitar el día a día de sus vecinos en el centro de la ciudad, que incluyen la prohibición de los ‘palos selfie’ o de las ‘food trucks’, entre muchas otras cosas.
El equilibrio entre el turismo de calidad y el bienestar de los vecinos de una ciudad turística es sin duda uno de los mayores retos a los que se enfrentan algunas de las ciudades más emblemáticas de Europa.