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Este loco decidió tirarse por un barranco... con su avioneta

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Como hacer salto base cambiando el paracídas por un rudimentario avión. ¿Te atreves?

Playground community

29 Agosto 2018 21:08

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¿Qué es la vida sin un poco de locura? Saber pilotar y tener tu propia avioneta ya es bastante estimulante. Te elevas del suelo, a diferencia de la mayoría de nosotros. Y más si tienes tu propia nave y lo haces porque quieres o porque hoy es hoy, como decía aquella marca de bombones. Pero siempre se quiere más y se busca una vuelta de tuerca extra. Así que si tienes tu avioneta y tu casita en el campo y al lado de ella un estupendo acantilado, que cae a pico sobre un río que cruza una foresta… ¿Cómo decir que no? ¿Cómo resistirse a su llamada?

Pues vas y te lanzas. Te tiras por el acantilado. Te precipitas por él. Te dejas caer en la avioneta para, segundos antes de llegar al límite fatal, proceder a elevarla sobre el río y el bosque. Como un ave haciendo un vuelo en picado.

El subidón de adrenalina te controla, sin duda. Y es una sensación que todos compartimos al mirarlo. Lo percibimos en el estómago. Como si fuéramos en esa cabina, bajando, bajando, con el pensamiento puesto en que el piloto haya calculado bien el tiempo y sepa discernir el punto límite a partir del cual conviene comenzar a elevar el timón y confiar en que nuestra nave (que más sólidas las he visto) pueda compensar la Fuerza de la Gravedad y remontar.

Y si no, por lo menos lo están grabando.

Y la remontada, por fin. De nuevo desde nuestros ordenadores, lo percibimos. Como en una montaña rusa. Nuestro estómago se eleva y tan solo la belleza del espectáculo, de ese río, esos bosques y esa pradera que se aproxima nos devuelve el privilegio de saber valorar la Belleza sobre el Miedo.

Hay vídeos que te causan ese efecto. Te sacan de tu asiento y fuerzan a tu imaginación a comprender cómo debe sentirse alguien en medio de esas imágenes. Cómo vences el miedo o la prevención. Como te pones en manos de tu propia osadía y decides desafiar a las fuerzas de la Naturaleza, amparado por una tecnología que se vuelve nuestra mejor cómplice.

Tantos y tantos vídeos lo demuestran una y otra vez: los humanos, cuando tenemos las necesidades básicas cubiertas, somos cazadores de Emoción.

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