El fascinante vídeo de la restauración de un viejo cuadro jacobino se vuelve viral

La próxima vez que pongas tus pies en un museo de arte clásico, vas a mirar con otros ojos. Será así porque, después el breve vídeo de arriba, te acercarás a las pinacotecas viejas siendo muy consciente de que lo que ves es algo muy distinto a lo que el artista de turno pintó. Algo que se parece tanto como el día a la noche.

La culpa, claro, es del tiempo. De la luz que va mutilando colores. De la suciedad que se va acumulando sobre los barnices y las resinas que los viejos maestros usaron con el ánimo de proteger la superficie de sus obras. Porque ese tono añejo entre ocre y parduzco que lucen la mayoría de los cuadros que cuentan su edad por siglos es, sí, producto de la roña. Y cuando la roña se retira... SORPRESA.

Un par de pinceladas con un líquido especial —en este caso, una mezcla creada ex profeso por el restaurador— para disolver el barniz y boooom. Explosión de color, un sinfín de matices que antes quedaban ocultos a la vista y que ahora se nos revelan en todo su esplendor.

Según Philip Mould, historiador, mercadero de arte y presentador del programa televisivo Fake or Fortune? —él compartió los clips que han hecho de esta historia un asunto viral—, el cuadro en cuestión es una obra anónima del siglo XVII. Concretamente, la pintura habría sido realizada en 1618, según su inscripción.

De la protagonista de la pintura tampoco se sabe nada. Los especialistas estiman que tendría unos 36 años en el momento del posado y que vivió en Inglaterra durante la época del rey Jacobo I. La mujer, en cualquier caso, está ya disfrutando de una segunda juventud que seguro que no esperaba.