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Artículo El sello de Johnny Cash prohíbe a los nazis de Stormfront Radio utilizar su música Culture

Culture

El sello de Johnny Cash prohíbe a los nazis de Stormfront Radio utilizar su música

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"Saca tus sucias pezuñas nazis de Johnny Cash"

víctor parkas

15 Septiembre 2017 13:39

Arte PG

Stormfront Radio, programa radiofónico subsidiario de la organización neonazi Stormfront, ha perdido la cuña musical que venía utilizando de un tiempo a esta parte: I Won’t Back Down, escrita por Tom Petty e interpretada por Johnny Cash.

“¡Malditos judíos!”, rebuznaba, durante el primer programa sin la cuña habitual, el presentador Don Black. “Esos judíos nos la jugarán siempre que puedan”. Los “judíos” de los que habla Black son Universal Music Group y American Decca, los grupos discográficos que actualmente gestionan los derechos de Cash, cuyos abogados amenazaron con denunciar a Black si éste no dejaba de utilizar I Won’t Back Down en su programa.

“Esos judíos nos intentan acallar de todas las formas posibles”, añadía el supremacista blanco –que, paradójicamente, se apellida 'Black' (negro).

Para sustituir I Won’t Back Down, Black ha optado por un himno que, por lo menos esta vez, sí es inequívocamente racista y reaccionario: The South Shall Rise Again, del ridículo Johnny Rebel.

Pero volvamos a la figura de Johnny Cash: ¿Por qué el icono de la música country levanta pasiones entre las filas de la alt-right? ¿Por qué, en las marchas nazis de Charlottesville, había supremacistas blancos que vestían camisetas del otra-vez-paradójicamente llamado “hombre de negro”?

Que el country sea una música propia del sur estadounidense, y que el sur estadounidense sea un feudo republicano, no es una respuesta válida; de serlo, veríamos hordas fascistas reivindicando a Charlie Feathers, Merle Haggard o Garth Brooks. Tiene que haber, pues, algo más.

Quizás sea la actitud agresiva del Cash, como su famosa foto apretando los labios y mostrando a cámara el dedo corazón, la que ha conseguido hacerlo conectar con activos nihilistas externos a la escena country: sus temas, sin ir más lejos, han sido versionados (y convenientemente acelerados) por bandas punk-rock como Social Distorsion o Blitzkid.

Con un sonido similar, pero con unos parámetros ideológicos algo más dudosos, bandas autodefinidas como apolíticas también se han apropiado de la música de Cash en alguna que otra ocasión: los skinheads de Kill Baby Kill tomaron su A Boy Named Sue; los rapados machistas que forman Haggis, Ring of Fire.

Consciente de la apropiación que neonazis (y sus equidistantes) están haciendo de la música de Cash, los primeros en alzar la voz contra esta resignificación fueron los hijos del desaparecido cantante, al que definieron como “un hombre cuyo corazón latía al ritmo del amor y la justicia social”.

En un comunicado, publicado en el Facebook de John Carter Cash, pero firmado también por sus cuatro hermanas y hermanos, los hijos del hombre de negro aseguraban que “les ponía enfermos” el hecho de que la figura de su padre pudiera asociarse siquiera a la alt-right y sus coetáneos.

“A todo aquél que defienda su supremacía sobre otro ser humano, o que quiera imponer su religión y raza sobre las otras: nosotros no somos como tú”, escribían en el post. “Nuestro padre, como persona, como icono, como símbolo, no se parece en nada a ti”.

“Pedimos que el nombre de Cash”, terminaban, “no sea mancillado por ideologías destructivas y cargadas de odio”.

En resumen: sacad vuestras pezuñas nazis de Johnny Cash.

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