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Culture
Lavabos unisex, equipo de seguridad concienciado, y canciones sin letras LGTBI-fobas: estas son algunas de las indicaciones de Observatori Contra l'Homofobia para que todos podamos disfrutar de las fiestas
28 Julio 2017 10:41
“No difundir por medio de mensajes, imágenes, música, canciones o escritos cualquier contenido que haga exaltación del odio y la discriminación”. Ése es el punto 7. Hay 9 más.
El manifiesto Espacios Amables, Fiestas Sin Homofobia, se presentaba el pasado domingo en Barcelona, en el marco del Brunch – In The Park. La iniciativa, cuyo objetivo es que los miembros del colectivo LGTBI puedan disfrutar de conciertos y festivales, en un marco que les asegure su bienestar y derechos básicos, ha sido auspiciada por el Observatori Contra L'Homofobia.
“El manifiesto”, explicó Eugeni Rodríguez, presidente de la plataforma, “consiste en un nuevo recurso que pretende impactar en un ámbito esencial de la vida de toda persona, el ocio, para poder disfrutar de cualquier evento lúdico o festivo sin ningún tipo de restricción por razón de orientación sexual i/o identidad de género”.
El manifiesto es claro: cualquier evento cultural que se quiera adherir al mismo, solo debe cumplir con los puntos que propone, entre los que encontramos la instalación de lavabos unisex correctamente rotulados, o la prohibición de reservarse el derecho de admisión en base a la imagen o la forma de vestir del potencial cliente/asistente.
El primer punto –“visibilizar mediante cartelería (…) un espacio amable”– sirve de sello para reconocer un evento cultural como LGTBI-friendly, según los parámetros que han establecido desde OCH. Este “itinerario festivo” busca poder implementarse no solo en el Brunch – In The Park, sino que éste debería servirles de lanzadera para poder medrar en otros espacios y lugares de ocio, limando impurezas LFTBI-fobas.
Durante la jornada en la que se presentó Espacios Amables, Fiestas Sin Homofobia, se cumplió debidamente con el decálogo que proponían desde OCH; pero, ¿cómo incide éste en lo verdaderamente material? Más allá de las buenas intenciones, ¿cuáles son las herramientas de OCH para hacer que los “espacios amables” de los que hablan sean una realidad tangente?
Es obvio que medidas como “incluir en el diseño de la publicidad símbolos reconocibles del colectivo LGTBI” o “proporcionar de forma gratuita preservativos” son sencillas de implementar; pero, ¿cómo puede garantizar el OCH la “formación adecuada” del servicio de seguridad sobre los derechos del colectivo LGTBI?
Según nos informan desde el departamento de prensa de la plataforma, el OHC se presta a impartir, siempre que un evento así lo requiera, talleres de formación para sensibilizar y concienciar a los encargados de seguridad, los primeros filtros por los que pasamos al acceder a un concierto o festival. La intención última de esta formación es que dichos trabajadores no dispensen, durante su rutina laboral, un trato denigrante a ningún miembro del colectivo LGTBI.
Otro de los aspectos interesantes propuesto por Espacios Amables, Fiestas Sin Homofobia es el punto con el que se abría este artículo, es decir: aquel que confronta directamente ciertos vicios de algunas manifestaciones culturales. Porque, sí, quizás te encanten Ever Since de Kanye West, Heart of the City de Jay-Z o Pardon Me de Gucci Mane; pero, ¿no deberían existir también espacios en los que se asegure que el altavoz no va a estar escupiendo “faggots” y “no homo”?
Sin embargo, concienciar a constructores, equipo de sala y pinchadiscos no es suficiente: los puntos 2, 5 y 10 nos apelan, directamente, a nosotros, la única pieza en el engranaje de una fiesta que el OHC no puede fiscalizar de forma minuciosa. Que otros espacios sigan el ejemplo de Brunch – In The Park sería una buena noticia. Que nosotros, sus asistentes, hagamos lo propio, significaría ese cambio material y tangente, al que hacíamos referencia antes, se ha convertido en una realidad.
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