“Para un rato largo de diversión masticable. Hueso prensado de vacuno 100%, para fortalecer los dientes, perros grandes y pequeños”. Así se anuncian los huesos para perros en Internet. Es la imagen que nos han vendido desde pequeños en los dibujos animados, las películas y hasta en las tiendas especializados para mascotas: los perros se vuelven locos por roer un buen hueso.
Lo que no dice la letra pequeña es que estos huesos pueden ser y están siendo mortales.
Muchos dueños de perros saben que no deben dar un hueso de pollo a su perro por debajo de la mesa. Esos huesos son demasiado frágiles y podrían dañar al animal de varias formas. Pero lo que la mayoría de dueños no saben es el riesgo que corren comprando un dulce en forma de hueso porque si las tiendas especializadas los venden... malos no serán, ¿verdad?
Si hacemos caso a las cifras oficiales de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA), los dueños de los perros se lo deberían piensar dos veces. Este año han recibido 68 informes de enfermedades de perros, incluyendo 15 muertes, relacionadas con estas golosinas aparentemente inofensivas.
Los huesos procesadas con aromas añadidos pueden provocar síntomas como obstrucción gastrointestinal, ahogamiento, cortes y heridas en la boca o en las amígdalas, vómitos, diarrea o sangrado del recto. Aunque la FDA no mencionó marcas específicas, las enfermedades se han relacionado con huesos de jamón, huesos de fémur de cerdo, costillas y huesos de los nudillos ahumados.
Así que si planeas darle a tu perro una golosina en forma de hueso esta temporada de fiestas, tal vez quieras reconsiderarlo. Según Carmela Stamper, veterinaria de la FDA, "darle a tu perro un hueso tratado podría llevarlo a un viaje inesperado al veterinario, una posible cirugía de emergencia o incluso la muerte de tu mascota”.
La recomendación de los expertos es simple: “Existen otros juguetes o golosinas más apropiados para el perro. Hay muchos productos disponibles hechos con diferentes materiales para que los perros puedan masticar sin problemas. Recomendamos supervisar al perro que mastique cualquier juguete o golosina, especialmente si no se ha comprado antes. Si se nota algo raro… ¡llame al veterinario de inmediato!".
[Vía FDA]
