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Food
El 99,9 % de las críticas de restaurantes nos venden la moto. Aquí encontrarás el 0,1% restante con restaurantes que cerraron sus puertas después de recibir críticas sangrantes
29 Diciembre 2017 13:18
La decepción es enorme cuando se va con mucha ilusión a un restaurante y no es, ni de lejos, lo que te habían contado. La sensación de fraude y rabia aflora generando bilis y mal rollo. Esto es porque en demasiadas ocasiones un crítico gastronómico olvida que lleva la palabra "crítica" en su oficio.
Cuando la mayoría de textos parecen publireportajes pagados por el restaurador tenemos un problema. Como la realidad no es lo que dibujan el 99,9% de las críticas gastronómicas, la web de referencia Eater ha buscado la excepción: Esos textos gloriosos donde despellejan a esos pozos de cartón piedra, almax y diarrea.
LEER MÁS: ¿Por qué no existe la crítica negativa de restaurantes en la premsa generalista?
Aquí un resumen del horror gástrico más indigesto de 2017 que acabó con la reputación de algunos chefs y con el cierre de restaurantes para siempre::
Restaurante: Tao
Ciudad: Los Angeles
Publicación: LA Weekly
Crítico: Besha Rodell
Restaurante Tao
"Quería saber cómo un lugar que sirve comida cara y mediocre debajo de una gigantesca estatua de Buda podía ser el restaurante más visitado de Estados Unidos".
"En lugar de versiones caras, decentes, americanizadas de clásicos chinos y japoneses, cené dumplings con una masa tan gruesa y pegajosas que comerlos era como morder la pasta semi-coagulada de libros viejos de biblioteca. La comida no es mucho peor que la que está disponible en cualquier sitio popular de fast food. Estados Unidos se merece algo mejor".
Restaurante: Le Cinq
Ciudad: París
Publicación: The Guardian
Crítico: Jay Rayner
"Está decorado en varios tonos de marrón, galleta y jódete. Sólo hay una cosa peor que te sirvan una comida terrible: que camareros que no tienen ni idea de lo horribles que son las cosas que te están haciendo te sirvan una comida terrible".
“El canapé que hay que comer en primer lugar es una bola transparente en una cuchara. Se parece a un implante mamario de silicona de tamaño Barbie. El plato principal de pichón se sirve al punto medio, pero aquí se sirve rosa y simplemente podría salir volando con unos pocos voltios".
"Es de lejos la peor experiencia en un restaurante que he vivido en mis 18 años de trabajo. Si trabajo duro, con suerte, algún día podré olvidarlo".
Restaurante: Public Kitchen
Ciudad: Nueva York
Publicación: Eater NY
Crítico: Ryan Sutton
restaurante Public Kitchen
"La comida de este restaurante hotelero es genéricamente mala. Tomemos, por ejemplo, la pizza de trufa negra. La cocina destrozó la corteza exterior con un negro carbónico, mientras que el interior se hundía flácidamente. La pasta de hongos exhibía el color y la textura del barro húmedo. Y el servicio no lo compensa: el personal de Public Kitchen logra que los vendedores de coches parezcan de cuatro estrellas"
"Incluso su famosa sopa de almejas Manhattan resulta no ser una sopa real, sino una salsa fina, harinosa, con apenas una cucharada de tomate y aceite de chile; es precisamente el tipo de líquido que un mal buffet descartaría".
Restaurante: Locol
Ciudad: Oakland
Publicación: The New York Times
Crítico: Pete Wells
restaurante Locol
"El Sr. Patterson y el Sr. Choi han pensado tanto en las dimensiones sociales de la comida rápida que ahora ven a su público objetivo como un problema a resolver, no como clientes que hay que dejar satisfechos: la hamburguesa más nutritiva del mundo no te ayudará si no quieres comerla".
"El pollo está dentro de una fina capa de revestimiento frito, este compuesto de carne picada es misteriosamente suave e inimaginablemente seco. Se puede tomar como una hamburguesa entre bollos o en una taza de papel. Pero lo mejor que puedes hacer es pretender que no existe".
Restaurante: Hot Joy
Ciudad: Dallas
Publicación: Dallas Observer
Crítico: Brian Reinhart
restaurante Hot Joy
"El mayor problema de Hot Joy no era su comida (aunque ciertamente era un problema), sino el racismo. Hot Joy es el despiste de un un tipo blanco en el que la identidad y la cocina asiáticas se reducen a una serie de clichés irónicos. Estos clichés toman la forma de un interior fetichista y un menú desordenado con comida mediocre".
"Sus alimentos anunciados como picantes y funky son dulcones y domesticados. He sufrido con su supuesta comida tailandesa bajo una espesa salsa dulce. La comida es casi tan mala como su desorientación cultural. Si la actitud de Hot Joy muestra un respeto superficial por Asia, su cocina muestra un exceso de confianza propio de la ignorancia".
Restaurante: Made in Detroit
Ciudad: Detroit
Publicación: Detroit Metro Times
Crítico: Tom Perkins
restaurante Made in Detroit
"El hecho de que un restaurante de una estrella de rock tenga una crítica negativa no debería ser una sorpresa, pero los problemas de Made in Detroit son profundos".
"Puedo perdonar que las alitas picantes lleguen con todo el papel mojado por una salsa pringosa de miel de Detroit, pero el muro de sodio es insufrible. Brotes de col de Bruselas sin sabor y la hamburguesa Hamtramck es una bola carnosa y blanda dentro de un sandwich que parece absorber cualquier sabor discernible fuera del omnipresente sodio".
"Realmente, el crimen en Made in Detroit es el precio ... Es un poco extraño, ya que Kid Rock se considera a sí mismo un héroe de la clase trabajadora".
[Vía Eater]
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