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Artículo Se come una servilleta por error y culpa al restaurante de “pretencioso“ Food

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Se come una servilleta por error y culpa al restaurante de “pretencioso“

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Esta actriz publicó una foto para demostrar que cualquiera en su situación caería en la misma trampa: “Mi marido intentó comerse la cosa blanca“

Rosa Molinero Trias

09 Enero 2018 14:04

“Restaurantes de lujo para dummies” es un libro que si estuviera escrito habría que enviarlo a Tracy Ann Oberman y su marido Rob Cowan, quien intentó comerse una servilleta pensando que formaba parte de un plato en el triestrellado restaurante Lasarte-Oria del chef Martín Berasategui.

Aquí el marido en cuestión:

Y aquí la trampa mortal en forma de "servilleta comestible":

“Mi marido intentó comerse la cosa blanca"

Porque las formalidades y las abstracciones de un restaurante de lujo pueden confundir a todo el mundo que no esté acostumbrado a visitarlos. Pero es que lo de estos dos es otra cosa:

“Mi marido intentó comerse la cosa blanca. O sea, a ver. Como si las servilletas de todo el mundo no estuvieran hinchadas con agua y luego se las sirvieran en una piedra medieval, ¿no?

“Esto es lo que pasa cuando pides mesa en un un restaurante con una, dos o tres estrellas Michelin”, posteaba Tracy Ann Oberman, la actriz británica que aparecía en la serie East Enders, de la BBC.

Y añadió: "Rob intentó comerlo. Ellos [el personal] estaban horrorizados". Su valoración fue la siguiente: “Tu comida fue exquisita, tu presentación pretenciosa pero tu servicio mostró una mala educación inaceptable y desagradable. Es un restaurante y no una iglesia”.

“El amuse-bouche fue servido con una reverencia que rayaba el fervor religioso. Maldita presuntuosidad michelinesca. Comida deliciosa servida por los acólitos del sinsentido en recipientes puramente demenciales”.

De ahí que la actriz etiquete a la cuenta @WeWantPlates, que lleva a cabo una particular “cruzada contra la comida servida en pedazos de madera, tejas, patatas servidas en tazas y bebidas en tarros de mermelada”.

Sin embargo, Oberman no debería estar tan disgustada con la comida en un restaurante estrellado, ya que se ofreció a probar más:

Lo bueno de todo esto es que con la viralización de su comentario al ritmo del hashtag #Napkingate, se formó un hilo en el que los usuarios de Twitter recuperaron tanto emplatados locos como curiosidades.

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