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La razón de por qué tu pareja se parece sospechosamente a tu familia

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Nos asquea el incesto, pero nos emparentamos con gente que recuerda a nuestros padres y hermanos

C.M.

16 Agosto 2017 12:50

De entre tantas personas, ¿por qué elegimos una única y especial? La ecuación incluye diversas variables culturales y sociales (monogamia, proximidad geográfica); sin embargo en este texto buscaremos despejar la cuestión psicológica.  

Lo que consideramos atractivo ha estado históricamente asociado a las virtudes reproductivas del otro, a la fertilidad y la capacidad de resolver con éxito la crianza de la prole. Funciona en la mayoría de especies asentadas sobre la faz de la tierra y, en nuestro caso, lo hace combinado con los factores anteriormente mencionados.

Como es obvio, cada cual tiene sus propios requisitos para elegir pareja. Es poco probable que su compañero o compañera ideal sea el mismo que el de su vecino, incluso si ambos coinciden en sexo, edad y orientación sexual. Pero, según sostiene la experta Tamsin Saxton, estas preferencias tan exclusivas son también predecibles.

“Varios estudios han demostrado que, en promedio, hay cierta similitud entre nuestros padres y la pareja que escogemos. Es decir, tu novia podría parecerse un poco a tu madre. Esta similitud queda patente cuando pedimos a extraños que analicen fotos faciales de parejas y progenitores”, afirma la profesora de Psicología de la Universidad de Newcastle.

Las cosas familiares resultan atractivas siempre y cuando no estamos expuestos a ellas en exceso. “Parte de la atracción por los rasgos de los padres podría atribuirse a este efecto de familiaridad”, afirma la profesora. “Eso, unido a la querencia emocional que desarrollamos hacia nuestros progenitores, aumenta la probabilidad de que nos unamos a personas que se les parezcan”.

Dejando de lado las prácticas enmarcadas en la categoría de incesto –es un asunto distinto–, Saxton sugiere que algunos genes similares a los de nuestros familiares podrían funcionar juntos con los nuestros: “Un estudio de todas las parejas conocidas en Islandia en un período de 165 años encontró que aquellos con un mayor número de nietos estaban relacionados en un tercer o cuarto nivel, demostrando que existe alguna ventaja evolutiva en encontrar caracteristicas parentales atractivas”.

Parecido sucede con los hermanos, según una investigación de la profesora británica, las personas también encontramos cierto atractivo en los rasgos fraternales. “Para el estudio reunimos fotografías faciales de los hermanos y las parejas de 56 mujeres. Luego pedimos a personas voluntarias que compararan la foto del hermano de una mujer con las de otros cuatro hombres, sin saber quién era la pareja real. “Casi un tercio de las personas analizadas hicieron la relación hermano-pareja correcta, y casi en un 50% acertaron al decir que la pareja era el primero o segundo más parecido al hermano”.

La relación entre dos personas es el resultado de un complejo entramado de impulsos e influencias, difícilmente predecible. Hay abundante literatura sobre nuestras elecciones, preferencias y juicios, toda ella encaminada a establecer patrones que ayuden a esclarecer el porqué de nuestras decisiones.

Quizás algún día averiguemos la paradoja de la atracción: mientras nos asquea el incesto buscamos emparentarnos con personas parecidas a nuestros familiares.

(Vía Aeon)

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