Oh! Parece ser que estás usando adblocker y lo respetamos. Por eso podrás seguir disfrutando de nuestros contenidos sin problema pero quisiéramos pedirte que lo desactivaras para nuestro site. Ayúdanos a seguir adelante y a luchar por aquello en lo que creemos.
Life
Un día al año los humanos de este pueblo elevan a la categoría de dios a un perro y lo pasean en trono real
18 Octubre 2017 14:55
En el imaginario Planeta de los Perros, el lanzamiento de frisbee sería deporte nacional, la guerra se resolvería a ladridos y el sexo se practicaría a la vista de todos. Nadie acabaría abandonado, encerrado en una jaula. Ninguna mascota sería dejada atrás porque ya se sabe: el humano es el mejor amigo del perro. Si los perros gobernaran el planeta, nosotros recogeríamos sus heces.
Esta ficción perrocentrista toma cuerpo cada año en el corazón de la aldea china de Jiaobang, en la provincia de Guizhou. Cuando llega el verano, los miembros de la etnia Miau celebran el ‘Día del porte del perro’ vistiendo a uno de sus canes y elevándolo a la categoría de dios.
La fiesta tiene un punto fuerte: consiste en desfilar con un perro subido a una silla de mano tirada por dos porteadores, al son de un grupo de timbaleros. El animal viste ropa a medida, una camisa de lino y un gorro típico. Alrededor del cuello lleva un collar de plata y plumas.
El convoy avanza a través de un arrozal dirigido por un chamán con cetro negro y, al costado, la gente se lanza lodo a modo de oración para atraer salud, buen clima y mejores cosechas.
Pero, ¿cuál es la razón de esta ofrenda al dios perro? Según cuenta la leyenda, los primeros colonos sobrevivieron a la deshidratación en este paraje kárstico después de que un can les condujera a la única fuente de la zona, acto que los pobladores consideran un signo de divinidad.
De este modo, como muestra de gratitud, los descendientes de aquellos colonos se pasan al otro lado de la correa y acarrean a la mascota en un trono originalmente reservado a la realeza china del siglo XIX. Es su forma de rebajarse ante el animal. De devolverle un poco de abnegación.
La liturgia, no obstante, ha encontrado algunos detractores. Estos se han puesto en el lugar del perro con frases del tipo: “¡Bájame de aquí!”. Creen que portearlo encajonado en una silla estrecha y encadenarlo con un collar grueso también es una forma de maltrato.
LEER MÁS: China suspende su histórico festival de la carne de perro
Algunos incluso equiparan el Dog Carrying Day al popular festival de Yulin, una tradición consistente en vender carne de perro y que, después de muchos años de lucha, los activistas han conseguido suspender vía prohibición del gobierno local. Unos los glorifican y otros se los comen; la relación de China con sus mascotas nunca deja de incomodar.
share