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Lit
Un exitoso hilo de Twitter creado por la administradora de Café de tinta nos ha recordado el tremendo origen de este personaje
28 Mayo 2018 14:41
"En el peor de los casos los cómics son demoníacos; en el mejor, simple basura". La sentencia pertenece al psiquiatra Frederic Wertham, quien en 1954 escribió La seducción del inocente, una diatriba contra la cultura de masas que tenía por objeto la representación de la violencia, el sexo y el consumo de drogas en los cómics. "Uno de los más socorridos afrodisíacos mentales del cómic es dibujar los pechos de las chicas de manera que resulten sexualmente excitantes", escribía el doctor, "siempre que es posible sobresalen y se imponen".
(Quema de cómics en 1948, año en el que Whertam publicó su primer estudio crítico)
Su cruzada contra el "sexualismo" de los superhéroes llegó hasta el Senado de los EEUU, que desde el Subcomité sobre Delincuencia Juvenil dedicó una comisión de investigación —televisada— sobre la cuestión. Uno de los temas estrellas fue la relación entre Batman y Robin, que para el psiquiatra de origen alemán eran como "el sueño hecho realidad de dos homosexuales viviendo juntos". Especialmente porque cuando Wertham estaba preparando su intervención en el Senado, los creadores de Batman empezaron el nº84 de la colección con esta viñeta: Batman y Robin despertando juntos en la misma cama.
A raíz de esta investigación se creó la Comics Code Authority, un organismo dependiente de la Asociación de Revistas de Cómics de los Estados Unidos, que tenía por objetivo amordazar a los autores antes de que la cosa pasara a mayores: preferían autocensurarse a someterse a una regulación gubernamental.
La consecuencia fue una larga serie de prohibiciones y reglas, como por ejemplo no representar delitos de forma simpática; que el Bien siempre triunfase sobre el Mal; no insinuar "formas únicas o inusuales de esconder armas"; e incluso no usar la palabra "delito" en títulos y subtítulos. Pero destacaban especialmente aquellas relativas al matrimonio y al sexo: "no se presentará el divorcio de forma humorística, ni tampoco se tratará como algo deseable"; "no se representarán si se sugerirán relaciones sexuales ilícitas. No se aceptarán escenas de amor violentas ni desviaciones sexuales"; "se fomentará el respeto a los padres, los valores morales y la conducta decente".
Como ha explicado la autora de Café de tinta en un popular hilo de Twitter, de este contexto —autocensura, homofobia y obligación de fomentar los valores hogareños— en el año 1956 nació la primera Batwoman y, a partir de aquí, Batgirl y la idea misma de la Batfamilia.
Para empezar, tenemos que situarnos en el año 1956. Tras las acusaciones de homosexualidad entre Batman y Robin, se decidió que era el momento de introducir personajes femeninos en la trama entrando en escena Kathy Kane: Batwoman. pic.twitter.com/0nDWQWd47u
— Café de tinta ☕📚 (@Cafedetinta) 25 de mayo de 2018
Kathy Kane fue la primera Batwoman, pero con ella no bastaba: siempre podía ser una simple tapadera para seguir insinuando una relación homoerótica entre Bruce y Dick. Por ello, los creadores de la serie introdujeron en 1961 a Betty, la sobrina de Kathy, quien obviamente se enamoraría de Robin. ¿Era suficiente? Parece que no: para que la felicidad familiar fuera completa, tuvo que llegar Ace, un Gran Danés con antifaz.
Qué pasó? Que la trama de la Batfamilia se estaba convirtiendo en una comedia. Tenían hasta un bat-perro enmascarado y entre chiste y chiste, las ventas de los cómics fueron bajando en picado... pic.twitter.com/p5iiP4Widm
— Café de tinta ☕📚 (@Cafedetinta) 25 de mayo de 2018
Incluso la muerte de Alfred, el mayordomo, acaecida en 1964, fue justificada por uno de los editores como resultado de la alargada sombra de la homofobia: "esos días había mucha discusión sobre qué hacían tres hombres viviendo en la Mansión Wayne". Sin embargo, ese mismo año se puso fin a la andadura de la batfamilia —que sería retomada, en tono de comedia, en la serie que Adam West empezó en 1966—.
La historia de Batgirl despegó cuando la serie de televisión la incluyó en el elenco. Como se explica desde Café de Tinta, en los cómics Barbara Gordon sustituyó a Betty, y se convirtió en un personaje secundario que iba por vía libre y sólo se cruzaba ocasionalmente con Batman y Robin, al menos hasta que en 1975 se reunieron de nuevo en la serie The Batman Family. Con todo, Barbara Gordon no gozararía de gran protagonismo hasta que en 1988 Alan Moore y Brian Bollard presentaron La broma asesina: fue la primera aparición del Joker, quien de un disparo dejó a Batgirl paralítica.
Y llegamos al momento jodido para nuestra querida Barbara Gordon: el cómic "La broma asesina" pic.twitter.com/2nIlnq3lBc
— Café de tinta ☕📚 (@Cafedetinta) 25 de mayo de 2018
Sin embargo, este no fue ni el fin de Barbara Gordon, ni tampoco el fin de Batgirl. Gordon reapareció más tarde bajo una nueva identidad, y además surgieron nuevas Batgirls, como Helena Bertinelli o Cassandra Cain.
La reinvención de Batgirl al margen de los valores familiares y de su papel de hija/esposa que blanqueara la convivencia de Batman y Robin es un ejemplo perfecto para hacer una historia social de los personajes. Si el personaje nació de la homofobia reinante, más tarde tendría que enfrentarse a otros problemas, como el machismo. Se explica en un artículo de Alvocadon't sobre la historia de Batgirl. La recreación que hicieron de ella algunos dibujantes y guionistas fue cuanto menos dudosa: "las tetas de Batgirl dejan de obedecer las leyes de la gravedad y las viñetas pasaban a ser culotetas, Batgirl se recupera tanto del ataque del Joker que la deja en silla de ruedas que parece que ya ni tiene columna vertebral".
Como explicó Gail Simone, una de las guionistas que más ha trabajado en la reconstrucción de Batgirl, el problema no fue nunca que el personaje fuera sexy: el problema era que la trama no tenía sentido. Por suerte, su historia como personaje es una historia de emancipación. La misma emancipación que tenía en los años cincuenta Wonder Woman y que, por cierto, también inquietó al doctor Frederic Whertam: lo consideraba una invitación al lesbianismo.
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