PlayGround utiliza cookies para que tengas la mejor experiencia de navegación. Si sigues navegando entendemos que aceptas nuestra política de cookies.

C
left
left
Artículo Viv Albertine: la chica tímida que acabó siendo una pieza clave del movimiento punk Lit

Lit

Viv Albertine: la chica tímida que acabó siendo una pieza clave del movimiento punk

H

 

"La gente se apartaba para dejarnos pasar, o nos escupen o nos insultan y nosotras nos reímos. Juntas somos invencibles”

anna pacheco

27 Abril 2017 06:00

Cuando una persona me gusta mucho busco desesperadamente todas las cosas que tenemos en común. Viv Albertine y yo podríamos desayunar, comer y cenar cada día cereales con leche. Viv Albertine y yo éramos tan tímidas en el colegio que preferíamos no ir a mear a tener que pedírselo a la profesora. Viv Albertine y yo también íbamos de campamento con un grupo scout. Viv Albertine y yo cuidamos nuestra melena.

El libro Ropa Música Chicos (Anagrama, 2017), la biografía de la guitarrista y cantante de The Slits, es una muestra generosa de todo eso. Un recorrido por la vida de la artista antes y después de formar parte de uno de los grupos punk femeninos más radicales y divertidos de la escena londinense en los años 70 y 80.

Al igual que un disco, se estructura de dos caras (A y B) y te va enseñando su vida a partir de episodios concretos y con fotos de una época (¡hay más de 50!). Desde que se mudó de Sydney a Londres con solo 4 años, su niñez, tímida; su búsqueda permanente de cosas nuevas durante la adolescencia hasta su época como profesora de aerobic pasando por un cáncer y un aborto. Por no hablar de las personas con las que se fue encontrando: Johnny Thunders, Patti Smith, Vivienne Westwood, Mick Jones, Sid Vicious y los Sex Pistols… sí, están todos.

Emigrada de Australia y crecida en el seno de una familia humilde y algo disfuncional (su padre era un maltratador), el primer contacto de Viv con la música fue a través de una niñera mayor que tenía un tocadiscos. En el libro describe lo que significó escuchar por primera la voz de John Lennon. “Esa voz nasal sin mover los músculos. ¡Pensé que era como yo, pero en chico!”. Se aprende You Can’t Do That de carrerilla. Normal que a los 11 años, Viv fuera a su padre y le dijera que ella lo que quería era ser cantante de pop. Su padre fue tajante: “No eres suficientemente chic”. Vaya. Ni siquiera la había oído cantar.

Con los años, Viv empieza a juntarse con hijos de padres marxistas, artistas e intelectuales (“tenían pósters del Che en su casa y muchos libros, a mi casa nunca íbamos porque no encajaba”, describe en uno de los capítulos dedicado a su infancia). Y ahí es cuando empieza a interesarse verdaderamente por la música y a formarse opinión. Sabía predecir los hits que lo petarían en la radio y sus compañeros del instituto le pedían opinión sobre algunos discos.

Fue después de ver a la percusionista y baterista Jody Linscott en directo cuando piensa por primera vez: mierda, yo quiero ser como ella. Hasta entonces nunca lo había pensado porque aún no había visto nunca a una mujer tocando. Así que decide irse a comprar una guitarra acompañada de su novio Mick Jones (guitarrista de The Clash) y pasando bastante vergüenza. “Cuando el dependiente comprende que la guitarra es para mí y no para Mick y que no sé tocar ni una sola nota, comienza a impacientarse. Pero no le hacemos caso. Sabemos que se acerca una época de cambio”.

Con una prosa deshinibida y brutalmente honesta, Viv Albertine repasa su vida, con sus altos y bajos y llena de una inseguridad adolescente de la que se irá deshaciendo a lo largo de las 500 páginas del libro. “Siempre he pensado que la serie de circunstancias que han jalonado mi vida (pobreza, norte de londres, escuela pública, vivienda de protección oficial, mujer) predisponían mi nula preparación para triunfar”, relata en el libro.

Pero la crónica de su vida va de justo lo contrario: de cómo revierte todo eso y acaba tocando en antros enfundada en mallas de ballet rosas, zapatos de charol y camiseta de su tienda favorita, Sex. Primero tocando con Flowers of Romance (la primera banda de la que formó parte con Sid Vicius y Keith Levene) para luego acabar con The Slits (“las vaginas” en español). Si en aquella época hubieran existido las redes sociales, la portada de su mejor y primer disco disco, Cut (1979, Island Records), con ellas en tetas llenas de fango hubiera traído cola. Y eso que la madre de Viv intentó sabotear la portada para que no salieran completamente desnudas.

Al frente de The Slits estaba Ari Up: una renacuaja de 14 años que daba tanta rabia a los asistentes de sus conciertos que empezó a ser habitual que acabaran pegándola al final de los bolos, especialmente los hombres. “¡Me he meado en las bragas!”, dijo después de emocionarse mientras grababan el tema Shoptlifiting. Ari Up era una entusiasta completamente desequilibrada: hacía lo que quería en los conciertos y cantaba y bailaba de la forma más estrafalaria.

Durante un tiempo también estuvo en la banda la española Paloma Romero, más conocida como Palmolive (quien por cierto ahora es profesora de lengua y cree en Dios, la vida es una cosa muy extraña, sí).  

The Slits eran descaradas, extravagantes y mezclaban cosas improbables como rock y reggae, porque Ari Up era una apasionada de la cultura jamaicana y llevaba rastas: de ahí que The Slits abrazaran el dub junglista sin remordimientos. Por cierto, que Ari acabó viviendo en Indonesia, Belice y Jamaica criando a sus hijos en tribus indígenas. Murió hace siete años.

Con The Slits, escribe Viv a modo de diario, “vamos juntas a todos los lados. Marchamos calle abajo en columna de cuatro y la gente se aparta para dejarnos pasar, o nos escupen o nos insultan y nosotras nos reímos. Juntas somos invencibles”.

Lo que sigue luego es el después, el cómo Viv acaba dedicada a su afición por la cerámica y acaba siendo profesora de aerobic, casándose y teniendo una hija que ahora acaba de cumplir 18 años. Obviamente el libro es mucho más que “ropa música chicos” —es la narración de una época, la era del punk en Londres, con todos sus protagonistas implicados—, pero si aún así, quieres saltarte todo lo demás e ir a lo importante (o sea: sexo, drogas y rock) la misma Viv te anota en la primera página donde encontrarás todos los capítulos dedicados a eso. Para que no pierdas tiempo.

Ropa Música Chicos es también un título homenaje a su madre (le decía que solo pensaba en eso de jovencita) y el título original en inglés es brillantemente redundante porque refleja las cosas más importantes del mundo cuando eres joven y te lo pasas bien todo el rato.

Ropa Ropa Ropa Música Música Música Chicos Chicos Chicos...

Y ya está.

share