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Lit
La novela debut de Elan Mastai, 'Todos nuestros presentes equivocados', es un brillante ejercicio de imaginación
28 Septiembre 2017 20:44
“Todo lo que se podía inventar, ya está inventado”. Esta cita, supuestamente enunciada en 1899 por un comisario de la oficina de patentes llamado Charles H. Duell, habla, más que de un mundo sin recursos ni potencial, de la entonces yerma y ahora inexistente imaginación del autor de la frase.
La cita, lógicamente, es rebatible desde el punto de vista de las evidencias tecnológicas. Pero también desde el de los anhelos y caprichos futuros, los androides que sueñan con ovejas eléctricas o el "Imposible is nothing". Y si es cierto que la vida imita al arte, lo lógico sería que el género de arte más imitado fuera el futurista, el de la ciencia ficción, el que tiñe las páginas de Todos nuestros presentes equivocados (Alfaguara, 2017), el debut literario de Elan Mastai.
Estoy muy feliz, mi libro ya esta disponible en castellano. Gracias @Alfaguara_es! pic.twitter.com/MKB2mcmjql
— Elan Mastai (@elanmastai) 22 de septiembre de 2017
El protagonista de Todos nuestros presentes equivocados, Tom Barren, es un científico fracasado que vive a la sombra del éxito de su padre —está creando una máquina para viajar en el tiempo— en el 2016 en el que todos deberíamos vivir pero que es radicalmente distinto a nuestro presente. Sesenta años atrás, Lionel Goettreider había inventado una fuente de energía ilimitada y, junto a 16 testigos que han sido apostolizados, murió por culpa de las radiaciones que emitió en su puesta en marcha.
Tom usa la máquina del tiempo para volver al momento en el que se encendió el motor Goettreider y a partir de ahí empieza una novela que no se sale de los cauces de la ciencia ficción, pero que toca los palos del thriller psicológico, de la novela romántica, del drama familiar y hasta de los viajes temporales.
El caso, y lo importante, es que todas las consecuencias de la creación del motor Goettreider son positivas: ya no hay conflictos internacionales y los esfuerzos científicos se han encaminado a cubrir otras necesidades. Como dice el protagonista: “el poder también corrompía, la infidelidad también dolía, los matrimonios también se deterioraban”. Es decir, el hombre seguía con los problemas derivados de la condición humana. Había pasado a ser Homo Deus y mantenía los traumas de los cazadores-recolectores.
Teniendo en cuenta que el mundo que describe Mastai es tan diferente nuestro, hemos querido seleccionar los 5 avances más curiosos de ese presente distópico que él ha creado y que, hasta cierto punto, todos deseamos:
1. El triunfo de los transgénicos
En un mundo en el que la comida se genera a partir de un sintetizador de alimentos que sabe exactamente lo que quieres comer en ese momento, parece absurda la existencia de árboles frutales. Pero, aun así, Tom Barren habla de “casas hechas por completo de árboles que filtran el aire orgánicamente, generan electricidad por medio de los ciclos naturales de descomposición en el suelo y producen frutas y verduras frescas en las paredes de la cocina”. Y todo gracias a la ingeniería genética.
3. Nivel de alcohol en sangre
Pon que somos incapaces de determinar la barrera que separa una noche de borrachera digna y serena de otra que sobrepasa el ridículo extremo. Más claro. Imaginemos que pudiéramos usar un parche que mantuviese “un control de crucero para la priva”. Un control que permite establecer nues índice favorito de alcohol en sangre, de manera segura, de por vida.
3. El destierro de las relaciones fallidas
Un mundo que funciona con eficiencia debe ser pragmático. No puede haber lugar para el ensayo y error. El amor romántico, incluso, se debe despojar de margaritas deshojadas y atender exclusivamente a evidencias empíricas. Para eso, para no dar cabida al desengaño y a la incertidumbre, existe una aplicación que escanea datos correlacionados y te muestra la compatibilidad con esa otra persona. “Para saber si encajabais mejor como amigos, amantes o esposos, o si era preferible que no llegarais a conoceros”.
4. Verdadera igualdad
Tan irreal y ansiada en nuestro 2017 y tan reveladora en su manifestación que basta con hacer un copy paste de uno de los párrafos en los que habla del tema para que quede clara la proyección social del mundo que Mastai plantea: “En el lugar de donde yo vengo, la igualdad de género no se discute. No me refiero a cosas ridículamente básicas como la igualdad salarial. Lo que quiero decir es que no hay ninguna diferencia importante en la percepción de los hombres y las mujeres en relación con la política o la economía o la cultura. Tus genitales no se consideran más pertinentes, a la hora de definir tu estatus, que el color de tus ojos”.
5. Androides superarrupturas
En el mundo de Mastai el único uso que le puedas dar a un pelo del que conozcas la procedencia no será hacer vudú o una secuenciación genética. Con todo el ácido nucleico que hay contenido en un simple pelo es posible incubar una copia robótica exacta. Una copia exacta que realmente es “una muñeca sexual con la piel suave y las entrañas calientes y una inteligencia artificial complaciente”. Claro que esta creación entraña riesgos, sobre todo a nivel mental. Mastai dice que en ese mundo, cuando cortas con alguien, es todo un detalle regalar un mechón de pelo para que pueda hacer una copia de ti hasta que supere la ruptura.
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