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Miles de millones de dólares de bancos privados para producir uno de los combustibles más peligrosos para el planeta
02 Noviembre 2017 16:21
Tienen altos costos de extracción, liberan una gran cantidad de gases de efecto invernadero y suponen un impacto brutal para el medio ambiente y los derechos de los pueblos indígenas. Sin embargo, su extracción sigue contando con la financiación de algunos de los bancos más importantes del mundo.
Nos referimos a las arenas de alquitrán, también conocidas como arenas bituminosas o arenas de petróleo, uno de los combustibles fósiles más peligrosos para nuestro planeta. Formadas por una combinación de arcilla, arena, agua y betún, de ellas se obtiene una sustancia similar al petróleo que tras refinarse se convierte en crudo sintético.
Ahora, un nuevo informe publicado por Rainforest Action Network (RAN) y otras 11 organizaciones de todo el mundo pone el foco en cómo los grandes bancos contribuyen al cambio climático gracias a la financiación de las arenas de alquitrán. La investigación, titulada Financiación de arenas de alquitrán: Bancos Privados VS el Acuerdo del Cima de París, ha descubierto que la financiación de productores de arenas bituminosas y empresas de oleoductos en 2017 llegó a ser un 50% mayor que toda la financiación de 2016.
Tan solo en este año, los 33 bancos analizados en la investigación destinaron una suma de 32.000 millones de dólares a este tipo de combustible. Y desde 2014 estas entidades privadas han inyectado un total de 115.000 millones de dólares a empresas productoras de arenas de alquitrán y oleoductos.
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Entre los oleoductos que han recibido financiación bancaria se encuentran tres de los más polémicos: el Keystone XL (KXL) de TransCanadá; Trans Mountain de Kinder Morgan y Line 3 de Enbridge.
Y si hablamos de los bancos que participan en este atentado al medioambiente, la lista incluye algunos de los principales del mundo: ING, Deutsche Bank, Barclays, Bank of Montreal, JPMorgan Chase, Bank of America, Mizuho, TD, RBC o CIBC.
Estos préstamos dedicados a la expansión de la infraestructura que se ocupan de las arenas de alquitrán suponen una grave amenaza para el medio ambiente ya que pone en peligro los objetivos del Acuerdo de París. Y además pueden provocar graves daños financieros y de reputación en los bancos que financian este tipo de negocio. Así lo indica una investigación complementaria de Greenpeace y Oil Change International también publicada esta semana. Bajo el título En el gasoducto: Riesgos para los financiadores de los oleoductos de arenas bituminosas, en esta investigación se advierte de la mayor exposición de los bancos a daños financieros y reputacionales debido a su financiación de oleoductos de arenas bituminosas.
El informe examina en profundidad la gama de riesgos que afectan a los tres oleoductos de arenas de alquitrán propuestos, incluidos los desafíos legales, la oposición de las comunidades indígenas y locales, las amenazas al agua potable y la vulnerabilidad económica.
Frente a todo esto, las diversas organizaciones participantes en los estudios hacen un llamamiento a las entidades bancarias para que cesen esta financiación tóxica. "Los eventos climáticos extremos se están acelerando, los registros de calor se rompen año tras año, pero los bancos aún ponen sus ganancias primero, sobre el clima y la humanidad. Cuando se niegan a terminar las relaciones comerciales con empresas que, como Enbridge y TransCanada, continúan desarrollando un sector tan arriesgado como las arenas bituminosas, están ignorando los objetivos de 1.5 a 2 ° C", afirmó Lucie Pinson, activista de Friends of the Earth France.
Como declara Kelly Martin, directora de la campaña Beyond Dirty Fuels de Sierra Club: "comunidades en todo Estados Unidos y Canadá están luchando contra proyectos de arenas bituminosas sucias que amenazan el clima, y es hora de que los grandes bancos reconozcan que no pueden continuar financiando estos proyectos peligrosos sin consecuencias".
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