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El autor de la masacre, la quinta más sangrienta de la historia de EEUU, es un ex militar con antecedentes por violencia de género
06 Noviembre 2017 11:06
Ayer domingo un pistolero irrumpió en una iglesia baptista de Sutherland Springs, un pequeño pueblo de Texas, y asesinó a tiros a al menos 26 personas que asistían al servicio religioso. El autor del asesinato masivo, el quinto más sangriento de la historia de Estados Unidos, se ha identificado como Devin P. Kelley y era un militar expulsado del ejército por agredir a su mujer y su hijo.
Tras acribillar a tiros a 23 de los 50 asistentes a la misa, dejar una veintena de heridos y matar a 2 personas que se encontraban fuera del templo (otra más fallecería en el hospital), el atacante salió corriendo y fue tiroteado por uno de los vecinos. Kelley consiguió huir en coche pero las autoridades lo encontraron muerto en una carretera cercana. No se sabe si falleció por los disparos del vecino, de la policía o si se suicidó tras cometer el crimen.
Los fallecidos son feligreses de 5 a 72 años y entre ellos se encontraban 8 miembros de la misma familia y la hija adolescente del pastor de la Iglesia.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha calificado el tiroteo de “espeluznante”. Trump, que se encuentra de visita oficial en Japón, ha mostrado su apoyo a las víctimas de la tragedia: “los estadounidenses harán lo que mejor saben hacer: nos uniremos y a través de las lágrimas y la tristeza permaneceremos fuertes".
May God be w/ the people of Sutherland Springs, Texas. The FBI & law enforcement are on the scene. I am monitoring the situation from Japan.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 5 de noviembre de 2017
...Americans do what we do best: we pull together. We join hands. We lock arms and through the tears and the sadness, we stand strong... pic.twitter.com/qkCPgtKGkA
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 6 de noviembre de 2017
Por su parte, el gobernador Abbott ha ofrecido sus condolencias y ha calificado el tiroteo como “la peor matanza registrada en la historia del estado. Abbott ha explicado que “la tragedia es peor porque ocurrió en una iglesia durante un oficio religioso”.
En cuanto al autor de la masacre, aún se conocen pocos datos sobre él. Lo que sí que sabemos es que Devin Patrick Kelley tenía 26 años, era originario del condado de Comal, Texas, y había sido expulsado del ejército tras someterse a un Consejo de Guerra en 2012. Antes de eso, Kelley había servido en las fuerzas aéreas en la base de Nuevo México pero fue sentenciado a 12 meses de reclusión por agredir a su mujer y a su hijo pequeño.
Según informan fuentes policiales, el agresor habría comprado el rifle con el que perpetró el ataque en abril del año pasado en una tienda de San Antonio. Tras conocerse la noticia de la tragedia, los medios de comunicación se han llenado de supuestas capturas de pantalla del Facebook del atacante en las que aparecía una fotografía del rifles. Sin embargo, no se ha podido verificar si la cuenta pertenecía realmente al agresor.
Este nuevo tiroteo ha reabierto una vez más el debate sobre la posesión de armas y las laxas políticas que rigen en Estados Unidos respecto a su uso. En menos de un mes, 85 personas han fallecido víctimas de ataques masivos, si juntamos el ataque de Las Vegas y el de ayer en Texas. En lo que llevamos de año se han producido más de 13.000 muertes por armas en Estados Unidos y 611 niños menores de 11 años han recibido disparos en 2017.
Y aún hay más: según la iniciativa Gun Violence Archive, en lo que llevamos de año ha habido 300 tiroteos masivos (se considera tiroteo de masas cuando ha habido 4 o más fallecidos a consecuencia de este) y se han producido 52.404 incidentes relacionados con el uso de armas de fuego.
Deadliest mass shootings in modern US history —>
— Ryan Struyk (@ryanstruyk) 6 de noviembre de 2017
Las Vegas, Oct 2017: 58 dead
Orlando, June 2016: 49 dead
Virginia Tech, Apr 2007: 32 dead
Sandy Hook, Dec 2012: 27 dead
Texas church, Nov 2017: 26 dead
Sin embargo, para el presidente Donald Trump, ataques como el de ayer en la iglesia baptista no tienen que ver con un asunto relacionado con las armas de fuego. Cuando le preguntaron en la rueda de prensa posterior al ataque qué políticas se deberían implantar para evitar este tipo de tiroteos, el republicano aprovechó para desviar la atención hacia los supuestos problemas de salud mental del autor de la masacre. "Con base en informes preliminares, era una persona muy trastornada con muchos problemas durante un período de tiempo muy largo. Tenemos muchos problemas de salud mental en nuestro país, esta no es una situación de armas de fuego... podríamos investigarlo, pero es un poco pronto para analizarlo. Afortunadamente, alguien más tenía un arma que disparaba en la dirección opuesta, de lo contrario no habría sido tan malo como lo fue, hubiera sido mucho peor”, declaró Trump.
Como siempre ocurre tras este tipo de sucesos, políticos y miembros del mundo cultural estadounidense exigieron una revisión de las políticas que permiten la posesión de armas en uno de los países donde más fácil es el acceso a estas.
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Por ejemplo, el senador Chris Murphy incidió en que nada “de esto es inevitable” y que “ningún otro país soporta este ritmo de carnicería masiva”. El escrito Stephen King exigió en Twitter dejar los rezos a un lado y empezar a cambiar la legislación vigente.
Enough with the prayin'. Time to start legislatin'.
— Stephen King (@StephenKing) 5 de noviembre de 2017
La actriz y productora estadounidense Bette Midler encontraba la respuesta a la epidemia de “tiroteos masivos” en las redes sociales de los políticos.
About the epidemic of mass shootings? Watch politicians tweet condolences, thoughts and prayers and then go to cocktails with gun lobbyists.
— Bette Midler (@BetteMidler) 6 de noviembre de 2017
“Mira las condolencias de los políticos en Twitter. Rezos y pensamientos para las víctimas y luego se van de cóctel con lobistas de las armas"
Otra de las conversaciones que resuenan tras el ataque tienen que ver con la categorización del incidente. ¿Por qué los medios y políticos no han calificado el ataque como acto terrorista? ¿Por qué a los pocos minutos del atropello múltiple de Manhattan de hace unos días ya aparecía en los titulares la palabra terrorista? ¿Por qué el tirador del casino de Las Vegas no era un terrorista y el de la camioneta sí? ¿Por qué casualmente uno era un hombre blanco y otro no?
Man screams “Allahu Akbar” & kills people. Media: Terrorism!
— Nathan Lean (@nathanlean) 31 de octubre de 2017
White guy slays 56 in Las Vegas with battle-ready weapons. Media: Crickets.
“Un hombre grita ‘Allahu akbar’ y asesina a personas. Los medios gritan: ¡Terrorismo!. Un hombre blanco asesina a 56 personas en Las Vegas con armas de combate. Los medios no dicen nada”.
Para el New York Times, “clasificar el ataque de Las Vegas como terrorismo podría significar clasificar las armas como amenazas nacionales que requieren una respuesta. La derecha consideraría que eso es un intento de afectar a los propietarios de armas y a los conservadores”.
Algo similar a lo que ha ocurrido en el caso del tiroteo de Texas. A los políticos a favor del uso de armas no les interesa calificar algo así como terrorismo ya que eso supondría que las leyes de armas deberían legislarse en un nuevo marco; la amenaza que suponen a nivel de seguridad para el país. Además, tradicionalmente el término terrorismo se refiere a un acto cometido para atemorizar a una parte concreta de la población y que lleva una motivación política detrás. Si tenía Devin P. Kelley una motivación política concreta para atacar es algo que aún no podemos saber.
Sin embargo, considerar que un estadounidense árabe puede ser un terrorista no es más que la representación de una verdad incómoda para muchos estadounidenses: la palabra terrorismo ha adquirido una carga racial y religiosa que puede llevar a más discriminación a las comunidades más vulnerables del país.
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