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Los arqueólogos todavía no están seguros de su significado
03 Julio 2017 12:49
Los aztecas iban muy fuertes por la vida. Nunca decían que no a una fiestecilla con sacrificio humano incluido, per también eran de lo más estrictos.
Los niños que se portaban mal eran azotados, golpeados con espinas y arrojados a charcos profundos de lodo. Las niñas nobles se pasaban la adolescencia encerradas entre ancianas, no podían levantar la mirada del suelo ni dirigirle la palabra a los hombres. Los niños hijos de altos cargos no salían del colegio jamás, excepto para hacer alguna que otra escapadita a rezar a la montaña.
Eso sí, cuando llegaba la hora de hacerles la pelota a los dioses, aquello era una despiporre de arrancar corazones, atar al personal a árboles y dispararles flechas hasta la muerte o sacrificar a bebés adornados casi como árboles de navidad. Y con sus enemigos de guerra no eran mucho más amables: se comían los brazos y las piernas de sus víctimas y los desollaban para vestirse con sus pieles.
Ahora un equipo de arqueólogos ha hecho un descubrimiento que cuestiona la cultura de sacrificios de los aztecas. Bajo la Ciudad de México, en la antigua capital azteca de Tenochtitlan, han hallado fragmentos de un edificio cilíndrico construido con más de 650 calaveras humanas. Se cree que forman parte de una estructura llamada Huey Tzompantli construida para asustar a los conquistadores españoles con restos de guerreros. La sorpresa fue que, en lugar de ser huesos de hombres jóvenes (prisioneros capturados) se trataban de restos de niños y mujeres.
Tower of skulls unearthed under Mexico City raises new questions about culture of Aztec human sacrifice (????: Reuters) https://t.co/mjLiIEY7uy pic.twitter.com/qkQpViXdlE
— ABC News (@abcnews) 2 de julio de 2017
"Esperábamos solo hombres jóvenes, lo que se espera de los guerreros, pero no esperábamos que las mujeres y los niños fueran a la guerra" explicó el antropólogo biológico Rodrigo Bolanos a la televisión. "Pasó algo de lo que no tenemos constancia, y que es completamete nuevo para nosotros en Huey Tzompantli."
Según Barrera, no hay ninguna duda de que la torre fue uno de los edificios de calaveras mencionados por Andrés de Tapia, el soldado español que acompañó Cortés en la conquista de México de 1521.
[Vía Reuters]
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