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El bebé tenía 4 meses. El fiscal denuncia la “extrema indiferencia hacia la vida humana” de los padres, que han sido detenidos
27 Octubre 2017 19:42
Chickasaw County Sheriff’s Office
El mal olor impregna toda la casa. En un rincón del cuarto de estar, tumbado en su pequeña silla mecedora, un bebé de 4 meses yace sin vida. Cuando los agentes se acercan para chequear el cadáver, ven que algo se mueve por la ropa del pequeño. Son gusanos. Gusanos vivos.
La escena es real. Sucedió el pasado 30 de agosto en Alta Vista, una localidad situada a unos 200 kilómetros al noreste de Des Moines, en Iowa. El bebé fallecido se llamaba Sterling Daniel. Sus dos padres han sido detenidos esta semana bajo cargos de homicidio en primer grado.
Según la autopsia, el bebé estaba visiblemente desnutrido y se encontraron “gusanos en distintas estapas de desarrollo en su ropa y en su piel”
Aquel día de agosto, los agentes se habían personado en el lugar de la tragedia en respuesta a una llamada de auxilio. Zachary Paul Koehn había marcado el número de la policía local para avisar de que su mujer acababa de encontrar muerto al pequeño bebé de ambos.
Zachary dibujó ante la policía una historia de muerte accidental, sorpresa y shock emocional. Contó que la madre había dado de comer al crío hacía apenas un par de horas. Luego habían dejado a la criatura durmiendo en su mecedora, como cada día. Todo parecía normal. Cuando volvieron a mirar, ya no respiraba.
Esa es aún hoy su versión. La autopsia, sin embargo, pinta un relato bien distinto.
“Los detalles de este caso van más allá de la negligencia y muestran circunstacias que manifiestan una extrema indiferencia hacia la vida humana”
Según la exploración forense, el bebé estaba visiblemente desnutrido, quedando por debajo del percentil 5 en peso y estatura. El forense también destacó el hallazgo de “gusanos en distintas estapas de desarrollo en su ropa y en su piel”. El examinador médico dictó que, lejos de ser un deceso accidental, la muerte del crío se había producido por un “fallo sostenido en la provisión de cuidados críticos”.
El horror del caso queda mejor enmarcado gracias a las pistas que han proporcionado los parásitos que se encontraron en el cuerpo del crío. “El estudio del crecimiento y el desarrollo de los gusanos indica que el bebé no había sido cambiado [ni de ropa ni de pañales], bañado o movido de la silla en más de una semana”.
Sentaron a la criatura ahí, y le olvidaron por completo. Hasta que fue demasiado tarde. O quizás lo suficientemente tarde. Porque todo parece indicar que le dejaron morir adrede. “Los detalles de este caso van más allá de la negligencia y muestran circunstacias que manifiestan una extrema indiferencia hacia la vida humana”, asegura el ayudante del fiscal del distrito.
Zachary Koehn, de 28 años, y Cheyanne Renae Harris, de 20, se enfrentan ahora a una posible cadena perpetua. La pareja tiene una primera hija en común que supuestamente vive con ellos en la vivienda en la que encontró el cuerpo de su pequeño hermano. Los psicólogos tratan ahora de averiguar hasta qué punto la niña pudo ser consciente de lo que estaba pasando en aquella casa.
Paradojas de la vida, Cheyanne se presenta en su perfil en Facebook como una “madre a tiempo completo” que trabaja en "Stay-At-Home-Mommy". Parece que durante más de una semana faltó a su puesto de trabajo.
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