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La orden ejecutiva que prohíbe la entrada a los inmigrantes de 7 países hiere directamente el tejido tecnológico estadounidense
31 Enero 2017 14:07
Hace menos de una semana, Donald Trump se reunía con los dirigentes de las compañías más importantes de Silicon Valley para ofrecerles su apoyo incondicional. Elon Musk y Tim Cook, entre otros, oían como de la boca del presidente salía una frase histórica: "Estoy aquí para ayudaros a hacerlo bien".
Pero tres días después de la buena predisposición presidencial, Trump no ha dudado en clavarle el cuchillo por la espalda a todos los líderes de la meca tecnológica mundial. Silicon Valley es en estos momentos el lugar que más se ha visto perjudicado con la aprobación de la orden ejecutiva que restringe la entrada de los inmigrantes de 7 países.
Pero lo que ha puesto en alerta a las tecnológicas no es solo esta medida sino también la redacción de otra orden ejecutiva que pretende revisar los programas de visados para trabajar gracias a los cuales las empresas de Silicon Valley contratan a decenas de miles de personas no estadounidenses cada año.
Según esta orden, las personas altamente cualificadas receptoras de las llamadas visas H1-B, L-1, E-2 y B-1 no podrían formar parte de las empresas más importantes de EEUU. A pesar de que Trump ya advirtió durante la campaña electoral que acabaría con el uso de la H1-B porque la consideraba "un programa de mano de obra barata", nadie sospechaba que cumpliría también esta promesa, sobre todo porque el 51% de las empresas más importantes de Silicon Valley están fundadas por inmigrantes.
Según esta orden, las personas altamente cualificadas receptoras de las llamadas visas H1-B, L-1, E-2 y B-1 no podrían formar parte de las empresas más importantes de EEUU.
De aprobarse el borrador de esa nueva orden ejecutiva, las empresas tecnológicas estarían obligadas a dar prioridad en sus contrataciones a trabajadores estadounidenses.
"Las políticas de inmigración de nuestro país deben diseñarse e implementarse para servir, primero y sobre todo, a los intereses nacionales de EEUU", reza el borrador, según informa Bloomberg. "Los programas de visados para trabajadores extranjeros deben ser administrados de un modo que proteja los derechos civiles de los trabajadores americanos y a los actuales residentes legales, y eso prioriza la protección de los trabajadores americanos —nuestra gente trabajadora olvidada— y los trabajos que desempeñan".
Pero ninguno de los CEOs de las 'tech companies' ha aceptado quedarse de brazos cruzados ante lo que sin duda supondrá una profunda herida en el tejido tecnológico del país. Ni Google ni Apple ni Amazon ni Tesla están dispuestos a aceptar el veto a los inmigrantes.
Los primeros en protestar han sido los trabajadores de Google que se reunieron este lunes en su sede y en varias de sus oficinas. Arengados por el CEO de la empresa, Sundar Pichai, nacido en la India, y por el cofundador de Google, Sergey Brin, emigrado soviético durante la guerra fría, la empresa ha dejado claro que el racismo no forma parte de sus cimientos.
De hecho Google, ha sido una de las empresas más afectadas por la orden. Al menos 187 empleados de la compañía se han visto directamente afectadas por la prohibición.
#GooglersUnite Sundar and Sergey addressing the crowd. pic.twitter.com/jY0vOi0ye4
— William Rucklidge (@wjrucklidge) 30 de enero de 2017
El mismo día en el que los trabajadores de Google se manifestaban, Bill Ford Jr. y Mark Fields, de la compañía Ford, lanzaban un comunicado de prensa en el que afirmaban que no apoyaban esta política "ni cualquier otra que fuera en contra de los valores" de su empresa.
Tim Cook, CEO de Apple, también se ha negado a apoyar la política y ha recalcado que el fundador de la empresa, Steve Jobs, era hijo de un inmigrante sirio y Siria es uno de los países musulmanes vetados por el presidente.
Google, ha sido una de las empresas más afectadas por la orden. Al menos 187 empleados de la compañía se han visto directamente afectadas por la prohibición.
Empresas como Netflix, Amazon, Twitter, Nike, Expedia y Starbucks también han mostrado su desacuerdo. Elon Musk, fundador de Tesla, incluso ha decidido comenzar una campaña en Twitter en contra de la orden presidencial.
Según la lista de Fortune 500, que reúne a las empresas más importantes del país, alrededor del 40% de la lista está formado por empresas fundadas por inmigrantes o hijos de inmigrantes. Empresas como IBM, Coca Cola, Microsoft o MacDonald. Empresas que forman parte del ADN de EEUU, un país que se ha erigido sobre la promesa de las oportunidades del "sueño americano" y que Trump quiere convertir en un lugar de "solo americanos".
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