Tina tenía año y medio cuando su hija fue concebida. Pese a que en un principio la frase pueda parecer una completa locura, eso es precisamente lo que acaba de suceder en Estados Unidos. Una mujer de Tennessee acaba de ser madre gracias a un embrión criogenizado hace 25 años. En concreto, el 14 de octubre de 1992. El bebé se llama Emma, es una niña y ha pesado casi 3 kilos.
La curiosa historia comienza cuando la pareja acudió a una clínica de fertilidad ante la imposibilidad de tener hijos por una enfermedad del marido. Durante dos semanas eligieron entre más de 300 embriones congelados (conocidos como snowbabies) a quien iba a ser su futuro hijo. En Estados Unidos las características de los embriones no son anónimas por lo que la pareja pudo elegir el embrión que más se adaptaba a “sus necesidades”. El primer embrión no pudo implantarse con éxito. Lo que ellos no sabían es que el segundo tendría 25 años de antigüedad .
Una mujer de Tennessee acaba de ser madre gracias a un embrión criogenizado hace 25 años. En concreto, el 14 de octubre de 1992
La pareja descubrió el sorprendente hecho en marzo, cuando la embrióloga y directora del laboratorio del Centro Nacional de Donación de Embriones les informó al respecto. “¿Te das cuenta que solo tengo 26 años? Ese embrión y yo podríamos haber sido mejores amigos”, dijo en su momento Tina Gibson. “Solo quería tener un hijo. No me importa si es un récord mundial o no”, explicaba la feliz madre a la CNN.
Congelar embriones en nitrógeno líquido no es una práctica novedosa, lleva practicándose desde 1984, sin embargo, llama la atención la longevidad de este embrión en concreto. Anteriormente, el embrión más antiguo que se había implantado con éxito había permanecido congelado durante “tan solo” 20 años.
Curiosamente, la misma pareja que donó este embrión también dejó congelados otros 2 más. Ante la pregunta de si pensaba dar un hermanito a su hija, Tina explicó que tras la experiencia de un parto natural, creer que no va a repetir. “Pero estoy segura que en un año estaré diciendo ‘quiero otro bebé’”.