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Pyongyang acusa a EEUU y sus aliados de mantener una política "hostil" y de asomarse a su "autodestrucción"
06 Agosto 2017 13:20
Chung Sung-Jun/Getty
EEUU aumentaba ayer la presión contra Kim Jong-un, esta vez con el respaldo de la ONU y sin provocación militar. Y la respuesta de Corea del Norte no se ha hecho esperar: Pyongyang vuelve a ladrar la amenaza de guerra. Una guerra, sugieren, que ellos no quieren, pero a la que se les está empujando desde fuera.
Ayer sábado el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó por unanimidad la imposición de nuevas y más duras sanciones económicas contra Corea del Norte en respuesta a sus recientes ensayos balísticos. La propuesta, promovida por Estados Unidos, contempla un bloqueo a las exportaciones norcoreanas de carbón, hierro, plomo, pescados, mariscos y otros productos por valor de 1.000 millones de dólares anuales. Muchísimo dinero para un país como Corea.
“Se trata de prudentes medidas defensivas”, dijo Nikki Haley, la embajadora estadounidense ante la ONU, para luego añadir que “es necesario tomar medidas adicionales”, sin entrar a detallarlas. Casi a la vez, Trump sacaba pecho en Twitter.
United Nations Resolution is the single largest economic sanctions package ever on North Korea. Over one billion dollars in cost to N.K.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) August 5, 2017
"La resolución de Naciones Unidas es el mayor paquete de sanciones aprobado nunca sobre Corea del Norte. Más de 1.000 millones de dólares de coste para el país"
En Pyongyang, esas “medidas defensivas” han sido vistas como un nuevo ataque a su soberanía propiciado por el eterno enemigo yanqui, a lo que responden con la amenaza de “un mar de fuego” contra EEUU.
“El día que Estados Unidos se atreva a provocar a nuestra nación con armas nucleares o con nuevas sanciones, el territorio estadounidense se verá enterrado bajo un inimaginable mar de fuego”, se advierte desde un editorial del Rodong Sinmun, el diario oficial del Partido del Trabajo de Corea.
La pieza acusa a Estados Unidos y “su banda” de aliados de mantener una política “hostil” contra el régimen norcoreano. Una hostilidad que consideran injustificada y con la que esos países se arriesgan a su “autodestrucción”.
“El empeño de la banda de Trump por continuar en este atolladero sólo tendrá como consecuencia motivar más a nuestro Ejército, y dar más razones a la República Popular Democrática de Corea para poseer armas nucleares”, reza el editorial.
Una vez más, el régimen de Pyongyang alude a su derecho legítimo a desarrollar armas nucleares como medida disuasoria ante una posible agresión externa.
“La capacidad de emprender una potente guerra disuasoria es una elección estratégica de defensa para nuestro pueblo, que ya atravesó un conflicto bélico horrendo”.
La asfixia económica del país asiático seguro que no va a contribuir a rebajar los ánimos.
¿Buscan estas sanciones disuadir a Corea de sus aspiraciones nucleares o allanar el camino de cara a una posible acción militar aliada?
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