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No andaba muy lejos...
17 Agosto 2018 11:14
“Una mujer acudió al médico porque le dolía el ojo izquierdo” es el comienzo de una historia que no augura nada bueno. Pero así es la vida y aquí estamos para contarla. La mujer, de 42 años, tenía el ojo hinchado y el párpado caído. Los síntomas habían surgido seis meses atrás. Lo que no podía imaginar la paciente es que la causa de su mal había ocurrido 28 años antes.
Cuando tenía 14 años, tuvo un accidente. Estaba jugando a bádminton cuando le golpearon en el ojo con la pluma. En aquel momento, lleva lentillas y creyó que por culpa del impacto se le había caído. Se equivocaba.
Cuando los médicos escanearon su ojo, encontraron un quiste en el interior de su párpado. Y allí estaba la lentilla, 28 años después, algo agrietada pero reconocible.
BMJ Case Reports
Los doctores que la trataron afirmaron que pudieron “inferir que la lente migró hacia el párpado inferior en el momento del trauma y permaneció allí durante los últimos 28 años”.
BMJ Case Reports
¿Cómo es posible vivir 28 años sin darte cuenta que tienes una lentilla incrustada encima de tu ojo? Pues es posible. Aunque nadie se explica por qué le empezó a doler justo ahora y no cuando tuvo lugar la contusión. O en algún otro momento de esos 28 años.
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