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"Ver porno en público no está bien. Es una forma de acoso"

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La incomodidad y el choque de ideas que produce que tu compañero de asiento en el bus vea porno en el móvil

PlayGround

17 Enero 2017 13:39

Algo tan cotidiano como coger el metro para ir al trabajo puede transformarse en una situación incómoda con tan solo tres elementos. Un móvil, un vídeo de PornHub y un hombre dispuesto a deleitarse con “Tres jovencitas estudiantes muy calientes lo prueban todo” al punto de la mañana.

Recientemente, la productora del programa de radio de la BBC Woman's Hour, Siobhann Tighe, vivió una situación parecida en un bus de Londres. Un hombre viendo porno en su teléfono móvil. Delante de todos, sin importarle que todo el mundo pudiera echar un vistazo a su pantalla. La productora preguntó por la situación en uno de los programas y las respuestas no dejaban lugar a dudas: es algo que pasa, no es un caso aislado ni una exageración (como casi siempre se quieren entender las quejas de las mujeres).

Respecto a esta situación, la periodista de The Guardian, Rhiannon Lucy Cosslett, ha reflexionado en una columna en la que se plantea por qué ver porno en público no es algo correcto. Y va más allá. Para Rhiannon, estas actitudes son acoso sexual.

Estas son algunas de las citas más destacadas de su artículo.


Cuando ves a un hombre mirando porno en público (sí, sé que no son todos los hombres, sino una minoría), en vez de reírte, sentir miedo o incomodidad, puedes experimentar una sensación de asombro. 

Imagina, solo imagina, tener tal sentido de la propiedad del derecho al espacio público que tu necesidad de ver a una mujer desnuda siendo penetrada pese más que la incomodidad de las mujeres y niños que se encuentran a tu alrededor. La falta de respecto es asombrosa.

Gran parte del porno representa a la mujer 'objetificada' y subyugada. Cuando estás en público y ves a un hombre mucho más grande y fuerte que tú viendo porno, no es muy complicado interpretar su sonrisa sucia como un “Para esto es lo que sirves. Intenta hacer algo al respecto”.


Para la autora, estas actitudes recuerdan a su infancia, cuando los niños en los colegios traían revistas pornográficas o compartían imágenes sexuales entre ellos. Y cree que el problema de la sociedad con el porno comienza precisamente ahí, en la escuela.


Los colegios deben hacer más, siempre estamos diciendo eso. Pero para hacerlo, los maestros necesitan más orientación y apoyo. Tiene que haber políticas y castigos.

Ninguna mujer o niña debe sentirse incómoda por esta situación. Ninguna mujer o niña debería tener que hacer un cálculo rápido del riesgo de enfrentarse al hombre que ve porno en un lugar público. Ningún niño o niña debería tener porno duro en su ángulo de visión mientras va al Museo de Historia Natural a ver los dinosaurios.

Personalmente, veo la situación de ver porno en público como una forma de acoso. La mayoría de la gente diría que es algo socialmente inaceptable y confío en que el resto de los pasajeros se levantarían en apoyo de la persona que decidiera protestar. Es más fácil ser valiente y firme cuando sabes que otras personas te respaldan.

Pero también es importante cambiar la cultura que subyace en todo este asunto, que significa empezar joven. No solo en la clase, si no en casa también. Demasiados padres tienen problemas a la hora de discutir sobre la pornografía. Tienen que superar esto, empezar a hablar sobre ello, antes de que el porno se vuelva aún más normalizado.




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