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El religioso solo cumplió una condena de ocho meses de prisión por el primer caso de abuso. Una década después, lo hicieron sacerdote y reincidió
26 Marzo 2018 11:51
En el año 2007, el seminarista Julián Quino Velasco fue detenido acusado de abusar sexualmente de una menor de 8 años. El hombre era miembro de los Prisioneros de Guadalupe y se encontraba trabajando en una parroquia de Chiapas (México).
Según el medio Proceso, el exseminarista impartía unas clases a niños durante las "Semanas del Apostolado". Fue en una casa cercana a la parroquia donde el Quino Velasco abusó sexualmente de una menor, a quien engañó prometiéndole “regalos para el resto de niños”. El hombre la besó en los labios y la manoseó.
El caso salió a la luz pública y el hombre fue condenado. Las autoridades eclesiásticas, según reporta el portal Sin Embargo, “lo protegieron trasladándolo a diferentes parroquias para evadir la acción de la justicia”. Finalmente, ingresó en prisión, pero solo tuvo que cumplir una condena de ocho meses. Las autoridades le concedieron el “amparo indirecto número 2152/200” al considerar el hecho como “leve”.
Imágenes vía Especial
Diez años después, Quino Velasco vuelve a ser noticia por otro caso de abuso a una menor de 11 años que tuvo lugar en mayo de 2017. Al parecer, durante todos esos años, el hombre ocupó varios cargos en distintas iglesias, ascendiendo posiciones, hasta que se convirtió en sacerdote de la parroquia San Luis de Obispo en Tlamanalco (México).
La segunda agresión sexual a la menor tuvo lugar durante un retiro espiritual. En este caso, al contrario que con su primera víctima, sí llegó a cometer un delito de violación.
A consecuencia de este segundo abuso, Quino Velasco, quien había modificado su nombre como Julián Quintero Velasco, volvió a ser detenido y encarcelado. Su caso está, ahora, a la espera de que se dictamine una sentencia que podría ser “histórica”. La madre de la primera menor abusada, Olga Lilia Tovilla, reclama que se haga justicia y asegura sentirse estafada porque la iglesia no tomó las medidas adecuadas para apartar al hombre definitivamente del cargo.
“La Iglesia es una mafia. El narcotráfico y la Iglesia son los peores. Van al mismo nivel”, declaró Lilia Tovilla en el portal La Jornada.
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