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Sports
Con 64 años pretende luchar en la WWE... de donde ya le echaron por un escándalo racista
12 Febrero 2018 17:31
Hulk Hogan lleva 3 años fuera del universo WWE, pero está con muchas ganas de volver a subirse a los cuadriláteros de la compañía.
Desde que a mediados de 2015 fuese despedido después de unas declaraciones racistas, su posible regreso se ha rumoreado en diversas ocasiones, aunque esta vez suena con mucha fuerza. Ha sido él mismo el que reconocido que quiere volver para enmendar los errores del pasado.
"Me gustaría cambiar la última historia que se contó sobre Hulk Hogan. Me encantaría volver y corregir muchas cosas, pero tiene que ser en el momento perfecto para ambas partes. Mantenemos buenas relaciones... Esperemos que algún día no muy lejano pueda volver", dijo Mr. América en una entrevista junto a Ric Flair en TMZ. "Tiene que ser en el momento perfecto para ambas partes. Todos estamos en buenas relaciones y trabajamos por el mismo objetivo. Así que espero volver pronto a mi familia del wrestling".
El ex luchador fue expulsado de la compañía cuando se filtraron unos audios en los que hablaba despectivamente del novio negro de su hija Brooke. "No tengo doble rasero, quiero decir, soy racista hasta cierto punto, putos negros. Pero si tuviera que acostarse con un negro, preferiría que se casase con un negro de dos metros y medio que tenga 100 millones de dólares, como un jugador de baloncesto", se escuchaba en la grabación.
En ella también se refería a su antiguo rival en el ring, la actual estrella de Hollywood Dwayne "The Rock" Johnson, con los insultos raciales "nigger" y "sambo".
Después de aquello Hogan se arrepintió públicamente de sus palabras y aseguró que no era racista, "pero que en el barrio donde había crecido se habla así".
Un año después de su expulsión volvió a salir a la palestra por un escándalo sexual por otra filtración, esta vez de un vídeo en el que salía practicando sexo con Heather Clem, la mujer de su entonces amigo y narrador radiofónico Bubba The Love Sponge.
Aquel vídeo se publicó en Gawker, lo que significó el fin de este medio digital. Hogan les denunció por "estrés emocional y perjuicio profesional y a su imagen pública" para llevarse una indemnización de 100 millones de dólares, llevando a la bancarrota a una web que durante años filtró los documentos más bochornosos y privados de las celebrities norteamericanas.
El documental Nobody Speak explica el caso en profundidad.
Estas son solo las últimas polémicas de un tipo que se convirtió en el icono del wrestling profesional en los 80, presentándose como el estereotipo ideal de masculinidad estadounidense. De hecho, sus enemigos siempre eran extranjeros con malas pulgas o gordos yankees.
La "Hulkmania" -un concepto que él mismo extendió- significó la venta de miles de productos con su rostro, una serie de dibujos y los niños de una generación entera de todo el mundo imitando sus gestos. Su peculiar doctrina se reducía a tres ideas: "Entrenar, rezar y tomar vitaminas"... pero no era lo único que tomaba.
En un juicio de 1994 acabó reconociendo que estuvo por lo menos 16 años consumiendo esteroides a diario.
Además, Hogan también ayudó a acabar con la sindicalización del wrestling para mantener el favor del dueño de la WWE, Vince McMahon. Esto significó que muchos luchadores profesionales tuvieran que mantenerse como jornaleros, llevando su cuerpo a límites insospechados para pelear cada fin de semana en diferentes circuitos y poder ganarse la vida.
No solo tuvo que cargar en la conciencia la muerte de varios de estos currantes del ring, sino que bailarle el agua a la patronal le salió rana: en sus recientes -y recurrentes- retornos a la lucha por falta de liquidez siempre se ha quejado de su baja remuneración.
Ahora, a sus 64 años, espera que le cubran de oro los mismos jefes a los que dejó hacer y deshacer a sus anchas.
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