King James llega a su 8ª Final NBA seguida... y ahora es él contra el mundo
Es complicado fijar cuándo LeBron entró en modo leyenda. Muchos aseguran que se transformó en febrero, cuando los Cavaliers cambiaron medio equipo. Otros, en primera ronda de Playoffs contra unos Pacers que forzaron el séptimo partido.
Quizá lo más acertado sea dejarlo en 2010, ya que fue el último año que en las Finales de la NBA no estaba LeBron James.
Más de 2.900 días después, King James se ha clasificado para sus octavas Finales consecutivas -4 con Miami Heat y 4 con Cleveland Cavaliers-. Se ha echado el equipo a la espalda por enésima vez, haciendo que los Celtics (79-87) perdieran su primer partido de la post temporada como local. Aunque para este séptimo partido haya contado con la ayuda de algunos escuderos como J.R. Smith, Korver o Jeff Green, LeBron está en las Finales tirando del carro él solo.
Anota, rebotea, dirige y asiste. El Rey se ha vuelto a coronar en el Este controlando todo al mismo tiempo: 35 puntos, 15 rebotes, 9 asistencias y 2 tapones esta madrugada.
En su partido 100 de la temporada jugó los 48 minutos, ni un segundo de descanso en el banquillo. De haberlo hecho, quién sabe qué hubiera ocurrido. La sensación de tiranía en la pista que desprende LeBron es demasiado fuerte como para sentarle en un partido tan importante.
Los Celtics acabaron desesperados porque no han podido detenerle, pero nadie puede hacerlo.
Marcus Morris se dejó el alma desgastándole, aunque no fue suficiente. Los jugadores de Cavs le bloqueaban para forzar el cambio defensivo, justo cuando LeBron huele sangre. Si le salía Al Horford rompía por velocidad, cuando llegaban los exteriores posteaba sin oposición. Por no hablar de las asistencias que repartió cuando la rotación defensiva de los Celtics era demasiado lenta.
A falta de menos de 2 minutos para que acabara el partido una jugada dejó en evidencia la brutalidad de LeBron. Corre a la contra, Morris le agarra de los dos hombros, Jaylen Brown le pone un tapón ilegal, y aún así el balón acaba entrando.
Imparable.
Más valor tienen las actuaciones de LeBron si analizamos el rival que tenía delante. Los Celtics de Brad Stevens -candidato a mejor técnico del año- repleto de jóvenes hambrientos.
La explosión de Jayson Tatum, Jaylen Brown o Rozier, unida a la garra de Smart y Morris, además de la calidad de Al Horford, hacen de los Celtics uno de los equipos más sólidos de la NBA... y lo mejor está por llegar. Han jugado los Playoffs sin sus 2 estrellas -Gordon Hayward y Kyrie Irving-, así que aunque hayan perdido esta eliminatoria, la temporada que viene son uno de los candidatos más serios al anillo.
Haciendo gala de su poderío, LeBron ha promediado en estos Playoffs 34 puntos, 9 rebotes y 9 asistencias por partido, rozando el triple-doble y siendo líder de su equipo en todos los apartados estadísticos menos en rebotes y en tiros libres convertidos -Kevin Love atrapa 10 por partido y anota algo más desde la línea de tiros libres-.
Con su racha de 8 Finales seguidas, solo tiene por delante a 7 jugadores de los Celtics de los años 50 y 60, un grupo que consiguió jugar 10 de manera consecutiva entre 1957 y 1966: Bill Russell, Bob Cousy, Tom Heinsohn, K.C. Jones, Sam Jones, Jim Loscutoff y Frank Ramsay.
Desde 2011 LeBron ha ganado 3 Finales y ha perdido 4, aunque las de 2018 recuerdan a las que jugó en 2007, también con los Cavaliers. Aquel año llegó a la eliminatoria definitiva con actuaciones individuales bestiales, pero pocos confiaban en que pudiera llevarse el anillo. No estaba rodeado de jugadores que pudieran coger las riendas del equipo y los Spurs acabaron llevándose el título por 4-0 gracias a su profundidad de plantilla.
Rockets y Warriors -se juegan la plaza en las Finales esta madrugada- son superiores a los Cavs de LeBron, pero en 11 años ha aprendido a batallar solo. En dos semanas sabremos si le basta.
