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Sports
Así funciona la academia cultural que saca a los futbolistas de su zona de confort
15 Diciembre 2017 09:28
"En el norte de Suecia tenemos una palabra, 'eljest', que significa 'único' o 'diferente'. Nuestro presidente a menudo habla del Östersunds FK como 'eljest'".
Con estas palabras nos define Elin Grelsson al club de sus amores. Ella forma parte de la junta de Falkarna, un grupo de animación de 650 personas que apoya al Östersunds FK cada fin de semana a pesar de los 3 grados de media que padecen todo el año. Más de la mitad de los miembros del grupo son mujeres, las mismas que ocupan puestos clave en la organización.
Se trata de un club pequeño -su estadio tiene capacidad para 5000 personas- de una ciudad de 58.000 habitantes de la Suecia central. En 2011 jugaba en Cuarta División, hasta que un ex militar que se dedica a los negocios inmobiliarios cogió las riendas del club.
En menos de 6 años, Daniel Kindberg ha conseguido 3 ascensos, ganar la Copa Sueca y competir esta temporada en la Europa League, donde su equipo se ha convertido en el primer sueco de la historia que juega las eliminatorias por el título. También se deben tener en cuenta los patrocinios que ha conseguido, ya que el club ha pasado de ingresar 300k euros a 6,3 millones durante su mandato.
Sin embargo, lo que hace '"eljest" al Östersunds no tiene nada que ver con los números ni con los éxitos deportivos... construyó su propia Academia Cultural en 2011.
En ella todos los futbolistas de la plantilla participan en diferentes disciplinas.
"Comenzamos a trabajar con la cultura con la idea de que nos ayudaría a ganar tanto dentro como fuera del terreno de juego. Desde entonces nos hemos reunido con escritores y bailarines, hemos publicado un libro -'Mi viaje a ÖFK'-, vemos obras de teatro... hasta hemos representado El lago de los cisnes", nos cuenta Karin Wahlen, que ejerce como "coach cultural" del equipo, algo así como la directora de la academia.
El presidente puso en marcha esta iniciativa para sacar de su zona de confort a los futbolistas, algo parecido a lo que le pasaba a él cuando tenía que completar misiones como teniente de batallón en el Congo, Libia o Bosnia.
Para encontrar y estimular a ese tipo de futbolistas encontró al aliado perfecto. Graham Potter es el entrenador que ha ido ascendiendo al Östersunds desde las categorías más bajas hasta el enfrentamiento que tendrá con el Arsenal el próximo 15 de febrero en los 16avos de la Europa League. En estos años ha visto como sus propios jugadores iban avanzando al mismo ritmo tanto dentro como fuera del césped.
Hace apenas 3 temporadas formaron su propio círculo de lectores y participan en el proyecto "Pasa el libro", una colaboración del club con las bibliotecas públicas donde los futbolistas, acompañados por un bibliotecario, visitan asociaciones deportivas para hablar con los jóvenes sobre la lectura y como esta les ayuda a ser atletas de éxito.
También han realizado exposiciones de arte e iniciativas en favor de los refugiados y los sintecho, además de convocar una manifestación antirracista con el lema "¡Fuerza a través de la diversidad!" .
Cada año organizan galas solidarias con miles de asistentes donde los jugadores representan lo que trabajan en la Academia.
"Este año aprendimos sobre los samis -lo que aquí conocemos como Laponia-. Esa gente del norte que tiene que luchar por sus derechos. Al final tuvimos que realizar un show de rap sobre ellos delante de 2000 personas", cuenta el mediocampista Tom Pettersson, confirmándonos que hacen actividades de todo tipo.
Una variedad disciplinaria acorde con el vestuario, formado por jugadores de 11 países diferentes donde se hablan hasta 20 idiomas.
"Antes de firmar, el club te informa sobre su idiosincrasia. No nos obligan a nada, todo lo que hacemos es por voluntad propia. Otros clubes deberían hacer lo mismo, porque une más al equipo", nos cuenta Alhaji Gero, un delantero nigeriano que rechazó hasta 6 ofertas hace 2 años para jugar en el Östersunds FK porque creyó que era el destino adecuado para mejorar.
En Östersund sabía que iba a encontrarse con un entorno acogedor, el propio de una ciudad pequeña en la que los aficionados se encuentran a los jugadores en el supermercado haciendo sus compras, en la guardería cuando recogen a sus hijos y en los bares cuando acaban los partidos.
Aunque sean los deportes de invierno como el esquí o el hockey hielo los que tienen más tirón, la Academia Cultural ha conseguido que mucha gente se haga fan del Östersunds al ver sus actuaciones. Este fenómeno otorga aún más coraje a los futbolistas que se atreven a defender los colores del equipo.
Tal y como concluye Wahlen como directora de la Academia, ahora sus pupilos son referentes para toda una generación.
"Ganar requiere valor; valor para ser valiente y expresarse, no solo en el campo de fútbol. Al involucrar a nuestros jugadores en un entorno cultural, el club está dando a los jugadores de fútbol las herramientas para ganar, pero también, mejor aún, para ser modelos increíbles para los niños y los adolescentes en toda Suecia".
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