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Ficción
Este portero nunca pensó cómo iba a pasar una de las noches más familiares del año.
Buceando entre historias de abandonos, de gente que se ha quedado tirada en las más rocambolescas situaciones, hemos encontrado esta historia que os podemos traer gracias a Verti, ¿estás listo para conocer las penas de este pobre portero?
“Me llamo Alain Huppert. Soy portero en la liga de fútbol francesa, y lejos del glamour, el dinero y las mujeres, mi vida es bastante rutinaria. Pero solo lejos de todo esto, porque ser portero mola todo. Tienes fama y corres menos que los delanteros, todo ventajas. A no ser que no pares el penalti del último minuto, que obviamente, eso a mí no me ha pasado nunca.
De hecho, soy una pieza vital en mi equipo. Sin mí, no son nada, aunque no lo quieran reconocer. Siempre hay bromas de este tipo en el vestuario. “No eres tan bueno”, “tu as la grosse tête”, “no haces más que echarte flores”, “eres el portero de reserva”. Bueno, y otras bromas de mi equipo, pero ellos saben lo importante que soy.
Pero estos momentos unen, las bromas de equipo te hacen estar al tanto. Que te encierren en el baño, que te quiten la ropa para cambiarte después del entrenamiento y tengas que salir con una toalla y las chanclas. Lo típico, ¿no?
Me acuerdo de una vez, esta fue buenísima, todavía me río cuando me acuerdo. Me dejaron abandonado en el campo. Pero vamos, solo, solísimo. Qué cabrones. Aprovecharon un día de niebla, si es que mis compañeros encima son listos. Unos estrategas. Normal que ganemos tantos partidos, que no es solo por mí, que mis compañeros son también lo más.
Nuestro portero y uno de los abandonados, éste en una isla y con una indigestión. ¡Haz click y descubre qué le pasó!
Total, te cuento esta historia y me voy a entrenar. Era el día de Navidad y teníamos todos unas ganas de irnos a casa que no nos lo creíamos. Había muchísima niebla, pero mucha. No podía ver a mis compañeros pero los oía gritar a lo lejos. Yo estaba pensando: "estos muchachos, ¡cómo machacan al equipo rival!". Aunque juegan un poco sucio a veces, por eso de que se tiran mucho al suelo, son muy teatreros, y les gusta mucho empujar y poner zancadillas. Pero no, no estoy criticando a mi equipo, eh, que aquí cada uno tiene sus técnicas. Mientras ganemos todo está bien.
Y ahí estaba yo, parado en medio de la niebla, imaginando lo épico del paradón cuando viese salir la pelota de esa enorme masa gris, sólida como el cemento. Iba a ser digna de Oliver y Benji. Pero no llegaba, y no llegaba. No veía nada, ni a nadie, dejé de oír ruidos. Mi sensación era de auténtica soledad. ¿Sabes lo que te digo? Como cuando estás solo en el metro de noche, o cuando buscas a un dependiente para que te traiga una talla más. Era el medio limón que te olvidas en la nevera. Y los muy capullos lo sabían, me lo dijo el míster.
No estaba nervioso, porque si no se acercaba nadie era buena señal, podía descansar. Pero claro, yo ya me estaba empezando a aburrir, quería acción. Y de repente lo que apareció fue un hombre de acción. Un policía, de los que vigilan el campo, estaba pasando por las gradas y me vió en mi posición de guardameta experto: con las piernas encogidas y las manos extendidas. Y me gritó “eh, tú, que te han dejao solo”.
Y ahí yo ya, obviamente, entendí todo. ¡Que era un abroma! Porque claro, mis compañeros no me podían hacer esto, ¿no? Dejarme solo, el día de Navidad. No creo que esto fuese a malas, simplemente me querían gastar una broma entre compañeros. Así que nada, volví a mi casa, me quedé sin cenar, y como no vivo en París, París, sino en un pueblo un poco alejado ya pillé a mis sobrinos durmiendo con sus regalos. Pero aún así fue una Feliz Navidad, diferente”.
Esta historia que acabas de leer no te diremos si es cierta, o si es un engaño, lo dejamos a tu instinto. ¿Eres capaz de discernir dónde empieza la verdad y dónde acaba la mentira?, ¿no te la dan ni con queso o eres de los que se come la quesería entera?, si te gusta jugar y tienes ganas de ganar, Verti te trae muchas otras historias como esta en su concurso Verti o Falso. Participa, y gana mogollón de premios.
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