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La polución ya causa más muertes cada año que las guerras, los desastres naturales, el tabaco y el hambre. Lo dice este nuevo estudio
20 Octubre 2017 11:46
Getty
Hasta hace no tanto, la imagen de gente caminando por las calles con mascarillas en la cara remitía invariablemente a Oriente, a su reverso oscuro. Veíamos este tipo de protección facial como algo lejano y distópico, algo que podía tener sentido en mitad de esos escenarios de aires densos y muy grises surgidos como subproducto de un “milagro” industrial devastador de lo natural. Pero ya no. Cada vez hay más gente llevándolas en nuestras ciudades. Turistas y ciudadanos locales. Y seguro que alguna vez has pensado “joder con la peñita hipocondríaca, qué exagerados”. Bueno, sus razones tienen. Razones que la ciencia avala.
Según un nuevo estudio recientemente publicado ayer en la revista médica The Lancet, la contaminación ambiental está matando cada año a más gente que las guerras, el tabaco, el hambre o los desastres naturales.
El trabajo, que toma el ejercicio 2015 como referencia, cifra en 9 millones las muertes prematuras atribuibles ese año a enfermedades relacionadas con la polución. De esas, 6,5 millones serían atribuibles a enfermedades causadas por toxinas presentes en el aire. Las aguas sucias estarían detrás de 1,8 millones de muertes. La contaminación en los lugares de trabajo es el tercer factor mortal en importancia, con 0.8 millones de bajas.
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Nueve millones al año. Para que nos hagamos una idea de la dimensión del problema, ese número supone multiplicar por 1,5 las muertes anuales causadas por el tabaco (y eso que cada cinco segundos muere alguien por consumo de cigarrillos en el mundo). Es tres veces mayor que la cifra combinada de muertes causadas por el sida, la tuberculosis y la malaria. Es 15 veces mayor que la cifra de gente que perdió la vida en guerras y otros actos violentos en 2015. Y los autores del estudio aclaran que esos 9 millones son, de hecho, una estimación conservadora, un cálculo a la baja.
En 2015 se habrían producido en torno a 9 millones de muertes prematuras causadas por enfermedades relacionadas con la contaminación ambiental
Si se desglosan esas cifras por regiones, vemos que existe una clara relación entre mortalidad prematura, desigualdad económica y desarrollo.
El estudio sitúa el 92% de esos 9 millones de muertes en países en vías de desarrollo con rentas bajas o medias. La peor parte se la llevan las dos grandes locomotoras del desarrollo mundial en estas primeras décadas del siglo XXI. India encabeza la lista con 2,5 millones de bajas. Sigue China con 1.8 millones de vidas perdidas a causa de humos tóxicos y aguas sucias.
En países de industrialización rápida reciente como India, China, Bangladesh, Madagascar y Kenya, 1 de cada 4 muertes prematuras puede estar conectada con aires sucios, suelos tóxicos y aguas contaminadas. Los niños son el principal grupo de riesgo.
1 de cada 4 muertes prematuras en países de industrialización rápida como India, China o Bangladesh se debe a enfermedades que pueden estar conectadas con la contaminación de aires, aguas y suelos
Más allá de las pérdidas humanas, la polución suponer una carga enorme para la economía mundial. Porque la gente no suele morir de golpe, sino al final de un proceso. Y ese proceso implica atenciones sanitarias, ciudados, prestaciones sociales... Los autores del estudio estiman esos costes relacionados con las muertes por polución en unos 3,89 billones de euros anuales, algo así como un 6,2% del PIB mundial.
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“Existe ese mito que aún usan como mantra algunos ministros de finanzas: que debes dejar que la industria contamine o no lograrás desarrollo económico. Eso no es cierto”, explica Richard Fuller, uno de los autores del estudio, y también presidente de la oenegé estadounidense Pure Earth.
“La gente no se da cuenta de que la polución daña nuestras economías. La gente que enferma o muere no puede contribuir a la economía. Necesitan que se cuide de ellos. Si adoptas estrategias de crecimiento verde es más probable —si nos atenemos a la literatura— que crezcas más fuerte porque no vas a tener a gente enfermando o muriendo antes de tiempo. Ese es un mensaje clave del informe”, insiste Fuller.
El activista anima a la gente a visitar la web pollution.org para ojear los datos sobre contaminación relativos a cada rincón del mundo, para saber lo que está pasando directamente en sus barrios. “Si no ves ahí lo que estás sintiendo en tu cuerpo, puedes añadir tu historia”, avisa Fuller.
La idea es construir, entre todos, “un lugar para que la gente pueda hacer oír su voz de un modo no confrontacional”. Todo para que la contaminacion ambiental pase a ser, de una vez por todas, un asunto de primer orden en la agenda global.
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