Oh! Parece ser que estás usando adblocker y lo respetamos. Por eso podrás seguir disfrutando de nuestros contenidos sin problema pero quisiéramos pedirte que lo desactivaras para nuestro site. Ayúdanos a seguir adelante y a luchar por aquello en lo que creemos.
Content
“Quizás estos buenos humanos puedan echarme una mano con esto”, debió pensar.
Playground community
03 Mayo 2018 20:30
La Tierra está cubierta de agua. Océanos y mares se mecen sobre tres cuartas partes del planeta y parecen infinitos. Son un hervidero de vida. Pero el pequeño bípedo humano lo copa todo y se hace notar en cada entorno, y su rastro llega a todas partes en forma de contaminación, residuos, plásticos o, como en el caso de este vídeo, anzuelos.
En este vídeo, filmado por el buceador Keller Laros, un delfín se acerca a un grupo de buceadores buscando ayuda. La pobre criatura tiene un anzuelo clavado y un sedal enredado en una aleta y el pecho de tal forma que le ha causado cortes. Anzuelo y sedal le hacen daño y limitan sus movimientos. “Quizás estos buenos humanos puedan echarme una mano con esto”, debió pensar.
Todos sabemos que los delfines son mamíferos superiores de gran inteligencia, pero aún así sorprende la forma en que el animal acude a solicitar auxilio y se pone en manos del humano, que manipula su aleta incluso con unas tijeras, mientras el cetáceo se deja hacer con una absoluta confianza en las capacidades del buzo, que efectivamente consigue liberarlo, no sin pocas maniobras.
Aún dentro de la especie humana, tal muestra de confianza es inusual. Niños y adultos somos recelosos incluso cuando se nos explica la funcionalidad del torno del dentista, o de determinada instrumentación médica. Y no todo el mundo consiente ponerse en manos de otro con semejante entrega.
Por eso nos entusiasma ver al delfín que, de algún modo, cree en nosotros como especie, cree en nuestra bondad pese a que el origen de sus males también procede de las personas.
La sociabilidad del delfín es conocida desde tiempos antiguos y nos han dado muchas muestras de solidaridad entre especies, siendo en muchos otros casos ellos los que han ayudado a barcos a orientarse y a náufragos a mantenerse a flote o a llegar a tierra firme. Del mismo modo, no es raro ver a voluntarios e incluso bañistas luchar desesperadamente con sus propias manos para salvar delfines accidentalmente varados en playas.
Esta colaboración entre nuestras especies no puede ser fruto del azar, sino de un entendimiento instintivo que trasciende las diferencias que nos separan. Otra razón para que adoptemos medidas contundentes que limiten la inconcebible contaminación a la que se está viendo sometido el mar.
Algunos estudios vaticinan que pronto habrá más plásticos que peces en los océanos y son muchas las denuncias de los irreversibles daños que se están causando a especies enteras e incluso ecosistemas completos, como los arrecifes de coral, imprescindibles para la reproducción y alimentación de la vida marina.
Pensemos en eso mientras nos dejamos embriagar de bienestar viendo este vídeo de cooperación y confianza mutua; un humano y un delfín que se comprenden sin palabras, dan y reciben ayuda y, tras solucionar el problema, se despiden como amigos y siguen su camino.
share