La relación entre una persona y su mascota, sea de la especie y de la raza que sea, es a veces difícil de explicar con palabras. El vídeo de arriba, sin embargo, nos muestra el momento en el que una relación empieza. El momento en el que dos conocidos deciden llevar lo suyo a otro nivel. El momento en el que ambos entienden que, a partir de ese día, van a pasar muchas horas juntas. Por eso el vídeo resulta más sorprendente si cabe. Por lo emotivo de la escena, a pesar de la corta convivencia que ha existido entre ellos.
La historia nos traslada a Estados Unidos. Allí, una perrita de la raza Golden Retriever se había quedado sin su dueño, porque éste había fallecido. Una experiencia traumática para estos animales que se caracterizan precisamente por su lealtad.
Una vez finalizadas las pertinentes exequias y no habiendo nadie de la familia que se pudiera hacer cargo de la perrita, no quedó más remedio que trasladarla a un refugio para animales, a la espera de ser adoptada por otra persona, o en caso contrario, sacrificada.
Pero ella es sin duda una perrita con fortuna. Sólo tuvo que esperar dos días para que alguien se apiadara de ella. Alguien que la había estado observando de cerca. Una de las cuidadoras del refugio decidió que aquel animal era demasiado precioso como para dejarlo allí a su suerte.
Efectivamente, después de dos días, la trabajadora Kim Mozena Rezac no pudo más de verla tan triste y decidió darle una segunda oportunidad llevándosela a casa.
La escena recoge el momento en el que el animal es transportado a casa en el asiento del copiloto (omitiremos el hecho de que el perro no va sujeto, en aras de nuestra historia). El momento en el que la perrita parece entender que esa mujer es, desde ya, su nuevo mejor amigo en el mundo.
Podemos ver como el animal busca el contacto. Se diría que estuviera dando muestras de agradecimiento, al coger la mano de su nueva dueña. La escena es tremendamente tierna. Incluso cuando Kim retira la mano para conducir, la perrita vuelve a repetir el gesto.
Han pasado dos días y ya siente la necesidad de devolver el afecto. Así son ellos los perros, nuestros mejores amigos.
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