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Culture
Antoine “Fats” Domino murió el martes, a la edad de 89 años. Como legado, nos dejó un puñado de canciones de rock primigenio como 'Blue Monday' o 'Blueberry Hill', auténticos superventas en la época
26 Octubre 2017 11:48
Era uno de los padres del rock&roll, y el martes noche dejó al género un poco más huérfano: el cantante y pianista Fats Domino moría a la edad de 89 años. Sus últimas horas las pasó rodeado de sus cuatro hijas –fue una de ellas la que confirmó su muerte a una televisión local de Nueva Orleans–, así como de otros familiares cercanos.
Antoine “Fats” Domino empezó su carrera en solitario allá por 1949, con un tema proto-rock mestizado con boogie-woogie: The Fat Man. La canción se convertiría en el primer single de rock en vender el millón de copias.
De entre su extensa producción, cabe destacar también Ain't that a shame, de 1956, el primero de sus sencillos en llegar al top ten, así como Blueberry Hill, una canción donde jazz y rock se daban la mano.
También hizo covers fascinantes, como esta Lady Madonna de The Beatles.
Antoine coló un total de 37 canciones en las listas de éxitos, haciendo que su popularidad creciera de tal modo que empezó a ser requerido por otras industrias del entretenimiento. Así, en 1956 Domino actúo en dos musicales: Shake, rattle & rock y The girl can't help it.
Fats Domino consiguió entrar en el Rock’n’Roll Hall of Fame en 1986. Recibiría, doce años después y a manos del entonces Presidente Bill Clinton, una medalla en reconocimiento a su carrera. En 2005, cuando el Huracán Katrina devastó su hogar, George W. Bush lo visitó en su Nueva Orleans natal para darle otra medalla en sustitución.
Tras su muerte y como legado, el artista nos deja hits como Blue Monday, Walking to New Orleans o My girl Josephine; canciones con las que Fats Domino se ganó el respeto tanto de sus contemporáneos como de aquéllos que entraron por la puerta que él abriese.
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